Impresiones de Ryse: Son of Rome - PC

Impresiones de Ryse: Son of Rome - PC

Con Ryse: Son of Rome podemos ejemplificar la eterna lucha entre las consolas y el PC. Y quiero pasar de puntillas sobre el tema, pero resulta ejemplificador el port que Crytek nos propone tras ser el primer gran juego de Xbox One. A pesar de que ha llegado tras un año a los sistemas compatibles, ha sido tiempo suficiente para que el juego presente un aspecto actualizado y muy mejorado, aprovechando al máximo las ventajas gráficas de un PC.

Ryse: Son of Rome

Mi ordenador no es “la máquina”, pero hace músculo con su Geforce GTX 860. La verdad es que hasta ahora he podido disfrutar de juegos de alto rendimiento como puede ser el Watch Dogs en su máxima resolución, pero es que Ryse… se me sale de tablas.

Mis impresiones siguen la línea de mi compañero de redacción, Nacho Ros, en las que hace un año se hacía eco del buen hacer del motor Crytek Engine 3 y de los 900p en consola. Ahora con el tiempo a nuestro favor y con la escalabilidad del PC, se nos renueva la forma de ver este gran juego, y con la posibilidad de hacerlo correr a nada más y nada menos que a 4K con 3840 x 2160 de resolución. Solo para unos pocos.

El resto de mortales, disfrutaremos de todo lo que los poseedores de una Xbox han podido disfrutar, con todos sus DLC incluidos, con nuevos mapas multijugador, así como el modo de supervivencia y los posibles cambios de skin de nuestro personaje.

Ryse: Son of Rome batalla

Para todos aquellos que no han podido disfrutar de este juego, coreado por toda la crítica como “cinematográfico”, en el que nos ponemos en la piel de Marius Titus, en medio de la invasión bárbara a la Roma de Nerón, deciros que Ryse es lo que fue Ryse, con sus alabanzas y sus defectos. Así que vamos a revisarlos.

Ryse nos pone en situación desde que lo ejecutamos. Ya los sonidos y la forma de presentación de los logos de desarrolladores y editores antes del menú hacen que nos preparemos para hacer un salto al interior del juego. Con unos menús rápidos, donde seleccionaremos el inicio de la campaña, enseguida la cinemática con el motor del juego nos mete de lleno en la batalla, la caída de Roma, y la defensa del palacio imperial.

Crytek, en una época en la que los sandbox están tan bien valorados, se ha decidido por la linealidad. No os esperéis saliros de lo marcado. Aunque de fondo podemos ver lo que ocurre a nuestro alrededor, no podremos más que seguir el camino establecido. Pero una vez en el juego podemos llegar a entender las razones de la desarrolladora para acotar nuestro camino. Acción. No quieren que nos separemos de una trazabilidad que supone la total inmersión en la historia.

Permitirnos campar a nuestras anchas, haría que la tensión que buscan generar para que logremos evitar la caída del palacio, el apoyo a las tropas, y las incesantes oleadas de enemigos, desapareciese. De esta forma, lo que deseas es avanzar, llegar al objetivo, atravesar las líneas de enemigos, usar los minijuegos que recrean otras formas de lucha, y hacer combinaciones de ataques que acaban en ultimates desgarradores.

Y es que Ryse, ante todo, es un juego de combate. Con nuestro escudo y nuestra espada, haremos combinaciones que resultan casi siempre en una brutal muerte de nuestro enemigo. Sin censuras, y con primeros planos en cámara lenta, el juego nos permitirá decidir cómo queremos acabar el combate. Usa sabiamente el escudo para hacer retroceder, la estocada para dañar, y una combinación de embate o esquiva, y la recompensa visual generará más adrenalina, más ganas de continuar.

Así es Ryse, una combinación de Beat em Up y Mortal Kombat, engalanado en el año 410 cuando Alarico y sus tropas incendian y saquean Roma y su posterior caída. Si quedas atrapado por la adrenalina entenderás la necesidad de la existencia de un juego lineal, ya que te habrán enganchado en su línea de tiempo, y tus ganas de seguir haciendo combos. ¿Escaso? Supongo. Unido a los 40€ por los que muchos juegos ofrecen muchas más horas. Pero suficientes, si lo que deseas es un fin de semana de acción.

Hacía mucho tiempo que no tenía un sabor tan agridulce jugando. Es un gran juego. Al menos mientras juego tiene todo lo necesario para ello, pero le falta quizás algo de diversidad que aporte mejor jugabilidad.

Ryse: Son of Rome

Ryse dispone de un sistema de combate sencillo de manejar, con un manejo de cuatro botones (ataque, embate, bloqueo, esquiva), y un botón de ejecución, que podremos usar en cuanto el sistema nos avise que un enemigo tiene poca vida. Pero al mismo tiempo es frustrante muchas veces, ya que el sistema de bonus, que nos permite escoger cuando ejecutemos un tipo de mejora (recuperar salud, hacer más daño temporalmente, ganar más experiencia, o incrementar nuestro enfoque) se hace muy complicado, y acabaremos por evitar el uso del mismo si no estamos pendientes.

Existe una constancia en las batallas, con poco tiempo para centrarnos en otras cosas más que avanzar en el juego. Además de cierta diversidad de escenarios y batallas contra Jefes Finales, quizás un poco tediosas, pero que le dan al juego la sensación de crecer. E inmersión en las dinámicas de juego, que nos permiten tener la sensación de pertenecer a un ejército, y que varía la algunas veces agotadora lucha de botones.

Gráficamente, Ryse es una bestia. He intentado ir a máxima resolución, pero la calidad de imagen repercute seriamente en la jugabilidad. El CryEngine permite recrear gestos faciales muy realistas, los personajes están realmente muy bien animados, y el entorno está exquisitamente diseñado.

Ryse: Son of Rome protagonista

Me saco el sombrero ante tal capacidad de ejecución gráfica, y aplaudo la forma en la que nuestro personaje avanza en la historia. Desde luego no os decepcionará, y las cinemáticas con sistema de captura de imagen solo hacen mejorar la experiencia.

Ciertamente he de unirme a la crítica general, y a la aplaudida sesión cinematográfica que es acabarse la campaña de Ryse. Desde luego en este aspecto, tampoco os decepcionará.

Ryse: Son of Rome nos cuenta una historia, nos mete de lleno en la épica batalla de un soldado romano. Una experiencia extraordinaria envuelta en una discreta jugabilidad. Una recreación de películas como 300 que brutalmente nos mantendrán pegados, parece que tan solo, un escaso fin de semana jugando. Quizás sea suficiente...

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