Avance de Mafia II - PC, PS3, Xbox 360

Todos los que disfrutamos de Mafia, allá por 2002, sentimos lo mismo cuando se anunció la segunda parte. Algo parecido a cuando, en uno de esos ataques consumistas, compras algo caro sin pensarlo demasiado. El primer día estás radiante de felicidad. Pero, a la semana, empiezas a reflexionar. ¿De verdad me hacía falta? ¿Es algo necesario? Dicho de otra forma, ¿qué se van a inventar para hacer una continuación de Mafia? –nos preguntábamos. ¿Hay forma de seguir la historia más allá de ese frío jardín donde acababa la primera parte?
La respuesta de los guionistas a esas preguntas es la misma que daríamos cada uno de nosotros. No. Por eso se ha optado por lo más coherente: una historia completamente nueva, sin relación con lo contado en el primer juego, pero manteniendo algún que otro guiño para los fans. Así que olvídate de Salieris y Morellos, ¿quieres pasearte por los años 50?
UN NUEVO COMIENZO
Tommy Angelo, el protagonista de la primera entrega, deja paso a Vito Scaletta, un chaval de orígenes sicilianos, que tiene la brillante idea de atracar un banco junto a su amigo Joe Barbaro. Pero claro, nadie puede burlar a la famosa Ley de Murphy, así que todo lo que podía salir mal, sale mal. Bueno, casi todo, porque pese a que Vito es capturado por la policía, Joe consigue escapar. Así, mientras nuestro protagonista elige ir a la guerra en lugar de a la cárcel, su compañero va adquiriendo experiencia y poder en el mundo de la Mafia. A la vuelta de Vito, Joe le espera con los brazos abiertos. Y es aquí donde comenzará nuestra historia, con nuestro amigo enseñándonos todo lo que ha aprendido en las calles de Empire City.
Sí, has leído bien. No solo cambiamos de protagonista, sino que también nos movemos de ciudad. Nos trasladamos desde Lost Heaven a Empire City, ciudad ficticia con gran inspiración en lugares como Nueva York o San Francisco. Además, la nueva ciudad dobla en tamaño a la del original, y conserva las afueras del primer juego, esos kilómetros de carreteras fuera del mapa donde jugábamos alguna que otra misión. Realmente no podemos poner ninguna pega a la ciudad, ya que el cuidado que están poniendo los desarrolladores en ella es máximo. Como no podía ser de otra forma, tendremos los típicos distritos y barrios, claramente diferenciados unos de otros. Estará el barrio rico, la zona italiana, el centro de la ciudad… Y, como decimos, cada uno perfectamente ambientado, así que ve acostumbrándote a la cultura oriental en la típica Chinatown.
Pero si hay algo en lo que destaca la ciudad, más allá de su diseño o ambientación, es en el empeño que están poniendo los chicos de Illusion Softworks en hacernos creer que hemos viajado en el tiempo hasta finales de los años 40. Es realmente asombroso como todo está repleto de vida. La idea es que veamos que las calles no son simples escenarios con personajes caminando, sino que el juego intenta transmitirnos la sensación de que todo habitante de Empire City está ahí por algo, no deambulando sin sentido. De esta forma, veremos gente parada en una esquina leyendo el periódico, peatones esperando el autobús, vagabundos revolviendo los cubos de basura… Incluso hay casos más sorprendentes, ya que, al tener cada peatón su propia rutina diaria, podremos perseguir a uno que sale de casa para comprobar como coge un taxi, va al centro, compra ropa y vuelve a su casa; o ver como, tras chocar dos coches en mitad de una calle, los conductores se bajan a intercambiar los papeles del seguro. Impresionante.
BUSCANDO EL EQUILIBRIO
Esta búsqueda de realismo por parte del juego, que ya se produjo en la primera parte, fue una de las pegas que pusieron los detractores del original. En aquel nos encontrábamos cosas como que la policía podía pararnos si excedíamos los límites de velocidad para multarnos, y si se nos ocurría huir intentaban perseguirnos, llegando a abrir fuego si fuese necesario. Muchos se quejaban de lo exagerado que era que la policía llegase a matarte por cosas tan nimias como saltarte un semáforo, así que los desarrolladores han tomado nota para esta segunda parte. Esta vez, los agentes de la ley serán mucho más permisivos con este tema. Pero que nadie se equivoque, si hacemos algo gordo no tendrán piedad de nosotros. Incluso, si ven que no pueden detenernos, no dudarán en pedir cuantos refuerzos sean necesarios, y no pararán hasta encontrarnos.
Claro que, como decía el Chapulín Colorado, no contaban con nuestra astucia. Piensa un poco. La policía te persigue y manda un mensaje por radio. Perseguimos al sospechoso, viste un traje gris y conduce un descapotable azul con tal matrícula. ¿Solución? Cómprate un traje, cambia la matrícula o, a unas malas, búscate otro coche. Y aquí no ha pasado nada. Eso sí, si algún pobre ciudadano inocente tiene la mala suerte de vestir un traje gris, conducir un descapotable azul y cruzarse con la poli, no dudes que le darán el alto. Además, si siempre cometemos nuestros crímenes por la misma zona, se encargarán de aumentar la actividad policial en ese barrio. Pero claro, no hay nada que no arregle un buen soborno. Asegúrate de que no respondes que “consiste en lanzar aros” y no habrá ningún problema.
Otra de las grandes quejas del primero era lo extremadamente lentos que eran los coches. Algo comprensible, ya que estábamos en los años 30 y las máquinas de aquel entonces no eran precisamente rápidas. Muchos jugadores creían que los desarrolladores deberían haberse tomado la licencia de incluir vehículos más rápidos, ya que a veces era un tedio recorrerse la ciudad de una punta a la otra a 40 km/h, o ver como nuestro coche era literalmente incapaz de subir la inclinada pendiente de un puente, dejándonos tirados a mitad de camino. En la nueva entrega la solución es lógica, y viene sola. Hemos avanzado diez años, estamos a finales de los 40 y las evoluciones en los coches son más que notables. Eso sí, que nadie espere conducir a 200 km/h por Empire City.
ESPERANDO LA LLAMADA
Así pues, Mafia II se nos presenta como un más que digno sucesor de la primera entrega. Es cierto que no continúa la historia del primero, algo extremadamente difícil por otra parte, pero hace algo mejor: mantiene el espíritu del original a la perfección, gracias a que se ha mantenido prácticamente el mismo equipo que desarrolló la anterior entrega. Los fans de Mafia que temían por que esta segunda parte no estuviese a la altura pueden guardar sus cabezas de caballo, ya que parece que no habrá que visitar el dormitorio de nadie. Por si fuera poco, la historia de Vito Scaletta promete, la ciudad es una maravilla tanto a nivel gráfico (no hay más que mirar las capturas que acompañan este artículo) como artístico, y se han subsanado los errores que se le achacaban a la primera parte. Si el producto final cumple con todo lo que se ve durante este tiempo de desarrollo, tendremos que agradecer a Illusion Softworks por permitirnos viajar a esa época, donde ser italiano y llevar bigote era un síntoma de poder, y no de tener complejo de fontanero regordete. Hasta entonces (principios de verano, si no hay retrasos), no podemos hacer otra cosa que esperar.