Avance de Final Fantasy Crystal Chronicles: The Crystal Bearers - Wii

Final Fantasy Crystal Chronicles: The Crystal Bearers llega a Wii con brillo propio, gracias a que el sistema de juego se aleja del tradicional rol japonés al que nos tenía acostumbrados la saga de Square Enix. Preparémonos para descubrir esta aventura de acción basada en el mundo de Final Fantasy, donde partiremos a través de la batalla en busca de los cristales mágicos.
La historia transcurre dentro del mundo de la sub-saga Crystal Chronicles —donde la vida se desarrolla gracias a la tecnología de unos cristales mágicos con enorme poder—, en el que cohabitan seres de cuatro razas diferentes. En ella adoptaremos el papel de Layle, un perezoso piloto de aviones encargado de proteger las rutas de los barcos voladores, hastiado de la tranquilidad de su trabajo. En una de estas rutas, la nave escoltada será atacada por unas criaturas con forma de dragón, teniendo el pobre Layle que dejar su descanso tras horas de trabajo para defender la aeronave principal.
Estos enemigos son, en realidad, la principal distracción para que Yuko, una ladrona perteneciente a otra de las cuatro razas de este mundo, se apodere del cristal que alimenta el reactor del barco volador. Layle consigue evitar que esta lo robe y además consigue un insólito cristal verde. Intrigado por el propósito de Yuko y el significado de estos cristales, Layle la seguirá, intentando averiguar qué poder ocultan estos y comenzando así su aventura.
Nuestro protagonista es un portador del cristal y tiene el poder de la gravedad, debido a que los portadores poseen una parte de su cuerpo que se ha transformado en cristal y les confiere habilidades especiales. A causa de estos poderes, algunos portadores son temidos y otros explotados, por lo que poseer este tipo de estigma no será tan ventajoso como podría parecer en un principio.
Gracias a esta premisa, la mayor parte de la jugabilidad se basará en coger y lanzar objetos que estén a nuestro alcance. El estilo de juego estará más o menos dividido en tres partes: plataformas, acción e investigación. En la primera tendremos que activar palancas e interruptores estirando nuestro mando de Wii. También podremos saltar o trepar por el escenario en busca de tesoros u objetos escondidos en él. Las plataformas no serán para nada difíciles ya que estas serán automáticas y simplemente tendremos que colocar a nuestro personaje en los lugares marcados por el escenario. También podremos realizar algunas acciones sobre nosotros mismos para ayudarnos en el salto o ralentizar una caída para evitar un golpe. Debido a que las acciones se realizan con el puntero, a veces da la sensación de que no tenemos el control del personaje y sólo guiamos a este de salto en salto.
En el combate podremos interactuar con el escenario para lanzar piedras u otros elementos a los enemigos, así como coger a los propios rivales y golpearlos entre ellos para causarles daños a ambos. El tipo de combate no será directo y se acercará más al estilo de Sin and Punishement o Jet Force Gemini, sin llegar a ser un shooter. Mediante el puntero y un botón seleccionaremos el objeto o enemigo que deseemos coger y con un ligero giro de muñeca lo lanzaremos hacia la dirección que queramos. El control parece bastante intuitivo aunque puede que la cámara no sea todo lo precisa que uno desearía, dejándonos a veces algunos enemigos fuera de vista debido a la cercanía de esta con el personaje principal.
En las ciudades tendremos la libertad de poder hablar con algunos habitantes para intentar recabar información sobre nuestra aventura y, además, dispondremos de tiendas donde poder comprar objetos y accesorios con los que mejorar nuestros poderes. También existirán tiendas en las que podremos crear objetos nuevos a partir de otros con los que conseguir artículos más potentes.
También existirán distintos minijuegos a lo largo de la aventura, cuyo objeto será el de divertirnos y dotar de variedad al título. En ellos deberemos capturar a los hurones que se han escapado, quitarnos de encima a unos perseguidores intentando derribar columnas y piedras a su paso, combatir dragones mientras caemos desde el cielo, manejar una aeronave, etc. Como veis, estos son bastante variados y, al terminar cada uno de ellos (según hayamos actuado) se nos dará una puntuación final.
Respecto al apartado gráfico del juego, podemos afirmar que resulta continuista con lo mostrado en los anteriores Crystal Chronicles. Así pues, el título mostrará unos escenarios ricamente detallados y llenos de gran colorido, con unos personajes de diseño más desenfadado que los de las últimas aventuras Final Fantasy. Los escenarios de combate, así como los enemigos, son variados y las animaciones, tanto de personajes principales como secundarios o enemigos, son más que correctas. La trama de la historia se nos mostrará durante la aventura en varias escenas cinematográficas realizadas con el motor gráfico del juego y estando éstas muy bien diseñadas, mostrando gusto por el detalle.
El sonido del juego, como es habitual en la saga, divergirá de la serie principal y volverá a tener melodías más desenfadadas y pegadizas que las habituales, pero no por ello exentas de calidad. Escucharemos ritmos celtas y dulces e, incluso, en algunos momentos aparecerán melodías claramente de carácter "country", que ofrecerán un punto de variedad respecto a las composiciones clásicas. Las voces vendrán en inglés, aunque tendremos subtítulos, estando bastante logradas. Solamente se escucharán durante las escenas cinemáticas, dejando algunas como simples efectos de sonido durante el gameplay.En resumen, este Final Fantasy: Crystal Bearers adopta un nuevo estilo de juego basado en la buena idea de utilizar la gravedad a nuestro antojo, pero quizás, y debido a la incomodidad del manejo de la cámara con el mando de Wii, su experiencia jugable pueda verse afectada. Esperemos que este detalle sea subsanado y podamos disfrutar de un título que destile frescura y tenga un apartado gráfico y sonoro más que decente. Esperaremos a febrero para ver si el nuevo título de Square Enix colma todas nuestras expectativas.