Análisis Ni-Oh - PS4

Análisis Ni-Oh - PS4

Inspirados por las últimas tendencias del action-rpg, Koei Tecmo y Team Ninja nos sorprenden con el lanzamiento de Ni-Oh. La más reciente exclusiva de PS4, con el que nos trasladaremos a un desafiante viaje al fantástico Japón feudal de principios del siglo XVII.

Ni-Oh

En un lejano territorio diezmado por la desolación de constantes guerras feudales, numerosos ejércitos desgastan cada día sus fuerzas en tremendas batallas cargadas de víctimas de guerra. Todas esta desolación y derrota, afectará al equilibrio del mundo espiritual, haciendo que los espíritus de los guerreros caídos, vuelvan a la superficie con la forma de temibles demonios Yokai.

Incapaces de detener el avance de esta nueva amenaza, los grandes clanes de guerra se enzarzarán en una disputa por el control y dominio de los grandes espíritus guardianes, capaces de afrontar las fuerzas malignas. Sin embargo, este delicado equilibrio de fuerzas se verá súbitamente interrumpido con la llegada de un extranjero de lejanas tierras, cuyo destino estará ligado al origen de la aparición de los Yokai y el fin de la contienda.

¿Estás preparado para una auténtica aventura de samuráis en el Japón feudal? Ni-Oh tiene todos los elementos con los que habrías soñado.

Ninjutsu

Una inspiración cargada de almas

Antes de comenzar a hablar de alguno de los detalles que nos esperan dentro de Ni-Oh, es obligatorio tener que dedicarle unos minutos a la gran obra y repercusión que ha supuesto el lanzamiento de la saga Souls, de la mano del estudio From Software.

Y es que desde el comienzo de Demon Souls hasta el reciente Dark Souls III, el género del action-rpg ha evolucionado por completo, gracias a una original propuesta en la que el jugador se enfrenta ante un auténtico desafío de habilidad, en el que era necesario hacer uso de toda la destreza, paciencia y tenacidad para conseguir la victoria a través de incontables derrotas. Por extraño que pareciera en su momento, este castigo constante al jugador dio sus verdaderos frutos y el éxito de la saga comenzó su despegue hasta nuestros días, formando una saga de juegos adorada por crítica y aficionados.

Para adaptarse a esta nueva ola, los chicos del Team Ninja decidieron durante el desarrollo de Ni-Oh, acumular todos los puntos fuertes de la saga Souls, para presentar un híbrido del género de From Software, unido a la rapidez y técnica de otras sagas reconocidas como Ninja Gaiden. En el resultado de esta extraña mezcla, encontramos un título sorprendente, dispuesto a satisfacer los deseos de los aficionados de ambas sagas.

Yokais

Las bases de una fórmula perfecta (I): el mapeado

Para todos los aficionados a los títulos de From Software, el éxito de la saga Souls no radica únicamente en la dificultad de sus combates, sino que ofrecen una interesante mezcla de elementos atractivos para el jugador, como un desarrollado mapeado, una historia atrayente, o un sistema multijugador innovador. Siguiendo estas bases, Ni-Oh nos presenta cada uno de los elementos reconocibles en otras sagas, actualizados a las necesidades de un mayor ritmo y jugabilidad.

A diferencia de un gigantesco escenario de juego, Ni-Oh nos muestra su mapeado a través de diferentes fases seleccionables desde un menú de juego. Sin embargo, aunque parezca que esta premisa está más simplificada, cada uno de los escenarios está recreado en altísimo detalle, ofreciendo una gran cantidad de camino ocultos, jefes secundarios, secretos escondidos y la gran sensación de descubrir tras una puerta, un nuevo camino hacia el comienzo de la pantalla.

Soldados

Tras superar la prueba de cada escenario, el juego nos permite tomar parte de diferentes desafíos, repitiendo algunas zonas de juego desde diferentes puntos de acceso, con nuevos enemigos, rutas de avance, e incluso diferencias entre el clima y los estados de día y noche. Así mismo, existen diferentes eventos especiales fuera de la línea argumental, que nos permitirán conseguir grandes mejoras de equipo, siempre que seamos capaces de superar los tremendos escollos que se nos presentan en el camino.

Las bases de una fórmula perfecta (II): el combate

Ni-Oh consigue ofrecer durante todo momento, la sensación de una verdadera lucha cuerpo a cuerpo entre samuráis, con un estilo diversificado y directo, capaz de ofrecer variados estilos de juego entre diferentes armas y posiciones de combate.

A nuestro alcance, tendremos desde el comienzo del juego diferentes armas típicas de la época, que van desde la tradicional catana, pasando por las espadas dobles, lanzas, hachas hasta los extraños kusarigamas, que vienen a ser una hoz unida a un peso por una larga cadena.

Cada una de las diferentes armas poseen un rango de movimientos y rapidez diferentes, que necesitan ser aprendidos a la fuerza antes de dejarse llevar en la refriega. Y es que una vez, desplegado el combate contra un enemigo, llega el momento de demostrar nuestra propia habilidad.

Técnica y Ki

Con el manejo de cada arma, tendremos que desarrollar y controlar un estilo de ataque, que se diferencia entre la posición alta, capaz de lanzar lentos y poderosos ataques que derrumben a nuestros enemigos, la posición media, por la que podremos desplegar un equilibrio de ataques y coberturas, y la posición baja y su arrollador estilo, capaz de lanzar continuos ataques a nuestros enemigos.

Todo este despliegue de habilidades y movimientos no tendría sentido sin el correcto uso y manejo de nuestro Ki. La energía espiritual de nuestro personaje, que nos permitirá seguir realizando movimientos, siempre que tengamos en cuenta el “tempo”. Tras cada movimiento, nuestra energía espiritual nos envuelve por un instante, momento en el que tendremos que pulsar un botón para recuperarla, o realizar tremendos combos a nuestros enemigos, desarmando sus ofensivas y llegando incluso a desvanecer las auras demoníacas que envuelven a los Yokai y drenan nuestras energías.

Una vez controlado el cuerpo a cuerpo, seguimos teniendo opciones ofensivas en nuestro arsenal, por medio de la utilización de arcos, poderosos arcabuces y temibles cañones de mano. Armas a distancia con las que podremos hacer frente a los molestos enemigos a distinto nivel, pero que son una total desventaja en el cuerpo a cuerpo.

Duelos

Además de todas estas ventajas en el combate, nuestro personaje tendrá la posibilidad de desarrollar alguno de los estilos alternativos de lucha, con los que desbloquear la rama del Ninjutsu, habilidades típicas ninja como shurikens, explosivos y toda clase de diversas trampas y objetos de ataque, así como la magia Omyo, que por medio de talismanes, ofrendas y hechizo, podremos imbuir nuestra arma de diversos efectos elementales, así como ser capaces de poseer diversos hechizos de ataque y defensa.

La diversificación de opciones dentro de Ni-Oh llega a su verdadero clímax con el uso de los diferentes espíritus guardianes para acompañarnos en batalla. Cada uno de ellos, nos otorgará diversas mejoras para las estadísticas de nuestro personaje, así como la capacidad de desatar tremendos ataques finales, si conseguimos llenar nuestra afinidad con ellos al máximo.

Lucha desigual

Multitud de armas, habilidades y estilo de lucha. Ni-Oh tiene un abrumador catálogo de opciones capaces de tenernos varias horas pegados a la pantalla intentando descubrir nuestro propio estilo de juego.

Las bases de una fórmula perfecta (III): desarrollo del personaje

Todo action-rpg necesita su denso apartado de desarrollo y crecimiento de personajes. Cumpliendo con esta norma, Ni-Oh nos ofrece al más puro estilo Souls, la capacidad de desarrollar nuestro personaje, armamento y equipo de batalla.

Durante cada fase, cada vez que vayamos derrotando a todo tipo de adversarios, iremos recolectando armita. Un preciado mineral con extrañas capacidades alquímicas, que utilizaremos como moneda de cambio en los santuarios del mapeado para subir el nivel y las estadísticas de nuestro personaje.

Lamentablemente, este estilo de desarrollo comparte su esencia con el estilo Souls y tenemos siempre el peligro de perder todo nuestro avance, si caemos derrotados en combate. Si tenemos esa desgracia, tendremos una única oportunidad de volver a nuestro cuerpo para recuperar el espíritu guardián y la armita acumulada o habremos echado a perder un buen rato de juego.

Junto a este sistema de desarrollo, existen diferentes árboles de habilidades para cada arma y estilo de combate. Con ellos, cada jugador puede ir gastando los diferentes puntos de habilidad de arma, ninjutsu o magia, para poder definir a su propio guerrero durante su partida.

Escenarios cautivadores

Además de todos elementos de mejora, la personalización de nuestro personaje va más allá, gracias al desarrollo de la herrería o la sala oculta de té. En ellos, podremos mejorar las armas y equipo, permitiendo forjar nuevos elementos, o incluso combinar nuestras armas obtenidas en nuevas armas de mayor nivel. De esta manera, la multitud de armas que vayamos encontrando durante nuestra aventura, podrán ser convertidas en materiales para nuevos elementos, o combinadas para mejoras. Y es que al igual que pasaba en otro gran titán del género como Diablo, existen conjuntos de armaduras y armas especiales, que nos van otorgando diversas mejoras según vayamos completando el equipo completo.

Por último, podemos modificar ligeramente nuestra partida por medio de los simpáticos Kodamas. Pequeños espíritus perdidos en cada nivel, que cuantos más vayamos encontrando, nos bendecirán con diferentes salmos, con los que conseguir más elixires, oro, armita o equipo.

Las bases de una fórmula perfecta (IV): el multijugador

Llegamos a una de las perlas más destacadas de los juegos de este estilo, y es que para muchos aficionados, siempre es mejor superar los obstáculos del camino con la compañía de un aliado temporal.

Durante nuestra partida en Ni-Oh, podemos ir a cualquiera de los santuarios de cada pantalla para solicitar la ayuda de un guerrero aliado. Para ello, tan solo tendremos que hacer una ofrenda y esperar que haya alguien disponible, mientras avanzamos por la partida. No es necesario tener que esperar a ver ningún mensaje, ni quedarte en las cercanías.

Una vez completado el pacto, un nuevo jugador nos acompañará durante la aventura, uniendo sus fuerzas a las nuestras hasta que derribemos el jefe final de cada zona. Lamentablemente, el sistema multijugador sigue los mismos estilos de comunicación de sus referentes y no existe ningún tipo de chat entre jugadores. Sólo podremos comunicarnos con nuestros aliados por medio de gestos y objetos.

Es posible evitar todo este tiempo de espera y completar las misiones directamente con un amigo, utilizando un portal de viaje desde el mapeado principal del juego. Lanzamos la invitación a nuestro amigo, y nos unimos a su aventura sin esperar que la aleatoriedad se ponga de nuestro lado.

Espíritu guardián

Los desafíos de jugador contra jugador se realizan de una manera distinta. Cada vez que morimos en el mapeado, un residuo de nuestro jugador se queda marcado en la pantalla, que podrá verse por el resto de partidas. El jugador que desee desafiar nuestro combatiente, tan solo tiene que activar nuestra marca y comenzará un duelo uno contra uno, con nuestro personaje controlado por la máquina.

Para otro tipo de elementos de invasión, siempre podremos repetir las misiones vividas por medio de espíritus y desafiar a los diversos jugadores, en una lucha para ver quien sobrevive y acumula el honor de la batalla.

Las bases de una fórmula perfecta (V): la curva de dificultad

Ni-Oh no es un juego fácil para el jugador novato. Aunque se dispongan de mil opciones de personalización y multitud de armas a elegir, durante cada partida nos veremos enfrentados a un gran desafío que necesita de toda nuestra paciencia y esfuerzo para ser superado.

Al comienzo de nuestro camino, moriremos una y otra vez hasta que consigamos adaptarnos al marcado estilo del juego y su necesidad de mantener “el tempo” de cada combate. Cuando hayamos alcanzado la destreza necesaria, es una auténtica delicia ver como nuestros esfuerzos se ven recompensados, viendo como nuestro guerrero continúa una senda imparable.

Variados estilos

Pero por muy prometedores que sean nuestros avances, siempre terminamos encontrándonos con un inamovible bloque en nuestro camino. Ya sea con la multitud de soldados japoneses, las numerosas trampas en los rincones del escenario, o con la tremenda fuerza de los poderosos Yokai. Todo ello hará que pongamos al límite nuestro esfuerzo, y alguna que otra vez, pongamos en peligro la integridad de nuestros mandos por la desesperación de la derrota.

Los mayores desafíos se mostrarán en forma de las temibles luchas de final de fase. Épicas batallas en las que tendremos que enfrentarnos a gigantescas bestias guardianes, temibles guerreros samurái o una horda imparable de enemigos, capaces de destrozar toda nuestra vida en un instante. Afortunadamente, la mezcla de constancia, paciencia y habilidad de cada jugador, junto a la ayuda momentánea de aliados, hará de nuestro avance algo más agradable para nuestros nervios.

Las bases de una fórmula perfecta (VI): la historia

Hablar de la historia presente en la saga Souls, es mencionar la elegancia de mostrar una trama oculta a la simple vista, que se va desarrollando de una manera discreta para el jugador interesado.

En el otro lado del espectro, Ni-Oh echa por tierra cualquier interés en el desarrollo de una historia medianamente compleja, para lanzarnos en una carrera sinsentido por la vida del extranjero William. Un marinero preso en la torre de Londres, que por azares del destino se ve envuelto en una aventura que le lleva al Japón feudal y tomar cartas en las conflictivas relaciones de las diferentes casas feudales.

Lucha cooperativa

¿Tiene algún sentido que un marinero cruce medio mundo en el s.XVII sin ninguna razón de peso? ¿Hay lógica en que un extranjero inglés llegue a tierras japonesas y no sólo sepa defenderse en el idioma del lugar, sino que pueda utilizar con soltura todo tipo de armamento como si hubiera nacido con ello encima? Intentar responder cualquiera de esas preguntas no tiene mucho sentido, sin embargo, los principales aspectos llamativos de este juego son tan grandes, que hacen de ese agujero de guion, un pequeño bache del hermoso camino.

Las bases de una fórmula perfecta (VII): un escenario único

El último de los elementos claves en Ni-Oh lo descubrimos durante el trascurso de cada nivel. Gracias al elaborado desarrollo de cada nivel, así como la caracterización de los diferentes soldados como los variados Yokai, nos trasladan al instante a una intensa película de samuráis.

Para cumplir con el objetivo, al comienzo del juego se nos presenta la posibilidad de decidir cómo será su rendimiento en nuestra consola, eligiendo un estilo que premie la acción sin bajar de los 30fps, un estilo más detallado que permita los 60fps con algún bajón de rendimiento, o un estilo dinámico que vaya modificando el juego según las necesidades de cada momento.

De película

Rendimiento aparte y sin ser uno de los referentes más altos del momento, el acabado gráfico del juego consigue mostrar un resultado más que efectivo para la vista. Lamentablemente, el título tiene las típicas carencias de algunos juegos, como la presencia de un texto ridículamente pequeño, así como la presencia de un doblaje mixto, que olvida el castellano para mostrarse únicamente en inglés y japonés.

Una fusión grandiosa

Con todos los elementos mencionados hasta el momento, queda claro que Team Ninja ha conseguido mantener todos los elementos de la gran fórmula de From Software, para presentarnos una versión mejorada y más directa de juego, cargada de opciones, desafíos secundarios y multitud de secretos por descubrir.

Ni-Oh ha conseguido salir de la simbiosis entre Dark Souls y Ninja Gaiden como una muestra triunfante de cómo poder seguir actualizando un estilo de juego, sin quedarse en la simple inspiración sin desarrollo. Sin duda, esta última exclusiva de PS4 dará que hablar en el catálogo de juegos de esta generación.

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