Análisis Mount & Blade: Warband - PS4, One, PC

Análisis Mount & Blade: Warband - PS4, One, PC

Mount & Blade: Warband es el estreno de la franquicia en consolas. Esta franquicia nació como anhelo personal de Armagan Yavuz, fundador de Taleworld y de su esposa Isek Yavuz a la hora de recrear la vida medieval con aspectos de rol. Warband, de 2010, es la versión que ahora da el paso a las consolas de Sony y Microsoft. Desde ahora podemos disfrutar de todo el trasfondo de M&B desde nuestros pads de control y nuestros televisores, algo que contentará aun reducidísimo grupo de jugadores y causará indiferencia a todo el resto.

Mount & Blade es un juego de rol mejorable en consolas

Hay que agradecer que se publiquen videojuegos diferentes en consola, títulos pensados para PC que sin la democratización actual en lanzamientos (gracias a las editoras y distribuidoras indies) sería imposible. Eso sí, cuando el público objetivo que los puede disfrutar al máximo es el mismo que ya lo ha jugado hace seis años en PC, algo falla.

Las enormes posibilidades de Mount & Blade

Para empezar hay que aclarar qué es M&B. Olvidaos, jugadores de consola para los que los primeros videojuegos con libertad absoluta en un entorno medieval fue The Elder Scrolls: Oblivion. Aquí no hay fantasía y sí una sólida reproducción de reinos medievales. El componente social y de rol es uno de los principales baluartes del videojuego de TaleWorlds. La realidad de las relaciones entre vasallos y nobles, entre reinos y entre ejércitos llega a un nuevo nivel en Warband. Pocas veces podremos ser un lobo solitario cuando muchas de las misiones necesitan de un pequeño (o enorme) ejército de soldados y jinetes detrás. Esa interacción pausada, sombría, poco atractiva y realista con otros NPC del mundo es la respuesta que buscamos al entender por qué Warband es un juego de nicho.

Pocos videojuegos tienen su profundidad a la hora de tratar temas como el vasallaje, el comercio o el imperialismo. En este sentido, y si le damos unas buenas horas en su primera toma de contacto, tenemos paciencia y decidimos aguantar los primeros golpes en nuestra cara de jugador directo y poco sesudo, acabará por conquistarnos. Es un juego que abruma de primeras pero que a medida que jugamos sabemos apreciar ideas que no se encuentran en otros títulos del género. Podemos quedarnos como explotadores de un castillo (previa batalla o juramento de lealtad), obtener impuestos, cuidar a nuestra gente o atacarla si es preciso… Las posibilidades son muchas. Sid Meier’s Pirates o incluso Dagerfall gracias al estilo estético de su mapa son varias de las referencias de Yavuz a la hora de crear el primero de la franquicia, son juegos lentos y que se disfrutan tras muchas horas y que, a la vez, aleja a muchos otros jugadores.

Tu personaje en Mount & Blade

Las cinco facciones disponibles son el propio mapa del videojuego, uno en el que se diferencian algunas topografías clásicas, como la típica zona nevada, el bosque, el desierto, etc. Toma referencias de culturas del Siglo XIII y las tergiversa para formar estos ejércitos inventados. El personaje, que podemos crear desde cero, con opciones para formar su pasado y orígenes al estilo Dragon Age: Origins, se nutre de puntos de habilidad y experiencia, que se obtienen al acabar misiones y derrotar a enemigos. Como todo juego de rol, mejoramos nuestro manejo y competencia en armas, comercio, carisma, etc. Todo tiene un porqué y no hemos encontrado ningún atributo que sea accesorio en su totalidad o que, simplemente, no tenga sentido jugable. Eso sí, las estadísticas de Mount & Blade: Warband dependen de otras. Es decir, no podemos mejorar al nivel 30 una habilidad como comercio teniendo un nivel 1 en carisma, por ejemplo. Existen mejoras que dependen de otras, algo muy interesante a la hora de equilibrar la experiencia. Eso sí, pierde la extensa labor de los modders relacionada con su versión PC.

Entre los modos de juego encontramos un tutorial más que extenso (parece que no acaba nunca), podemos también empezar directamente la partida o crear una personalizada. También podemos batallar desde el minuto uno en su propio modo, algo que es imposible si seguimos la ‘historia’, que no es más que dejarnos en el mapa a nuestro libre albedrío. No hay historia, la creamos nosotros. Sí, lo que hemos escuchado de No Man’s Sky, pero aplicado al mundo de la espada y el escudo.

Adaptación de Mount & Blade para consolas

Los grandes problemas de Warband

Sí, ahora toca lo negativo, lo que va a hacer que muchos jugadores ni se acerquen a Warband. Su aspecto gráfico es de otra época. Ni siquiera consolas como PlayStation 3 o Xbox 360 serían excusa para este dechado de feísmos. Es un juego que no entra por los ojos. Animaciones robóticas, ningún tipo de expresión facial, escenarios repetitivos, castillos en los que la única diferencia es la bandera que los gobierna, etc. Sí, su aspecto se corresponde a un juego de 2008 sin apenas recursos, así que podéis imaginaros. A años luz de coetáneos como Sins of a Solar Empire, Command and Conquer: Red Alert 3 o incluso el anterior The Elder Scrolls: Oblivion (2006). No se ha mejorado lo más mínimo ningún aspecto técnico y tras seis años bien podría haberse puesto al día, por poco que fuese.

La estética de los menús, los diálogos (más robóticos que los propios personajes) o la imposibilidad de recorrer libremente el mundo (apuesta por la entrada y salida directa de estancias) hacen que la experiencia audiovisual sea muy pobre. Tampoco se salva en términos de jugabilidad directa, pues el control es lo más parecido al estilo ‘tanque’ de los primeros Resident Evil, un tipo de control que casa con la ambientación y el agobio propios de la franquicia de Capcom, pero para nada en un mundo abierto de rol medieval.

Espadas en alto con Mount & Blade

En definitiva, un juego que puede llegar a ser disfrutable si estamos dispuestos a invertir muchas horas y nos atrapa esa ambientación pero que, aun así, es un hueso duro para el jugador más avezado.

Lo mejor

  • La libertad y la ausencia de un hilo conductor.
  • Las batallas son interesantes y tienen muchos matices.
  • Batallar con otros jugadores.

Lo peor

  • Extremadamente feo.
  • Los mods le dan otra dimensión en PC, en consolas nada.
  • Sin novedades desde 2010.
  • Diálogos repetitivos.
  • Control muy pesado y una utilización del pad de control mejorable.
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