Análisis Dishonored 2 - PS4

Ya han pasado 4 años desde que Bethesda Softworks y Arkane Studios nos sorprendieran con el lanzamiento de Dishonored: un fantástico título de sigilo, infiltración y la acción más salvaje, que cautivó a crítica y público, no sólo por su acertada ambientación steampunk, sino por sus enormes posibilidades de juego, que gracias a los poderes sobrenaturales del protagonista, con los que podíamos realizar los eventos que marcaban la historia de diferentes maneras y estilos, siempre afrontando las consecuencias de nuestros propios actos.
Tras ganar por derecho propio el reconocimiento como uno de los pesos pesados de la pasada generación de consolas, la esperada secuela de la saga Dishonored llega finalmente a nuestros hogares, para hacernos regresar a la oscura y decadente ciudad de Dunwall, 15 años después de los hechos que marcaron el inicio de la saga.
A partir de ese momento, se despliega una desafiante trama de suspense, traición y venganza, marcado por una completa liberta de acción, desde el desarrollo de la historia y sus variantes, hasta la elección del propio protagonista.
La oscuridad puede esperar 15 años
Al completar finalmente su venganza y descubrir la verdad en torno a las intrigas y el asesinato de la emperatriz Jessamine Kaldwin, Corvo Attano consiguió recuperar la cordura en el imperio de Dunwall, acabando con los instigadores, resolviendo la propagación de la peste por los barrios más desfavorecidos de la ciudad, y finalmente, entregar la corona del imperio a la joven emperatriz Emily Kaldwin.
Con estas hazañas a sus espaldas, nuestro aguerrido protagonista, continuó protegiendo los intereses del imperio, sirviendo hasta el momento como protector real y mentor de la joven dirigente, instruyendo en toda clase de artes y disciplinas, para afrontar cualquier amenaza al trono. Lamentablemente, la paz y la tranquilidad son un recurso escaso en este Imperio y las confabulaciones comienzan a surgir, con la aparición de unos misteriosos asesinatos de todos los críticos con el imperio, firmados como el Vigilante de la Corona.
En un clima cada vez más insostenible, la situación termina por dar un vuelco durante el aniversario de la caída de Jessamine Kaldwin, con la aparición de un grupo de disidentes a la corona, seguidos por el inesperado retorno de Delilah Kaldwin, la poderosa bruja que atentó contra Emily en el pasado, que ha vuelto de su prisión en el Vacío, para presentarse como la legítima heredera para el trono, acusando a Emily y a Corvo como los instigadores que acabaron con la emperatriz y culpables tras las muertes del Vigilante de la Corona.
Ante esta sublevación, las habilidades conjuntas de Corvo y Emily parecen quedar totalmente eclipsadas por los poderosos poderes de Delilah, presentándonos la primera gran decisión de nuestra partida: la elección de protagonista, dándonos a elegir entre el estilo tosco y directo de Corvo que conocíamos, o la frescura y letalidad de la joven Emily.
En ese momento, la historia quedará marcada por la derrota de nuestros protagonistas, congelando a uno de ellos en un poderoso hechizo, mientras que el otro queda recluido en sus aposentos, intentando recuperar fuerzas y descubrir la manera de salir con vida.
Sin tiempo para poder tomar decisiones, nuestro protagonista se embarcará en huir de las amenazas que han claudicado al imperio y obtener su venganza personal, buscando a cada uno de los autores detrás de este golpe de estado, y finalmente, la manera de derrocar a Delilah y recuperar a nuestro atrapado familiar.
Para cumplir con nuestro objetivo, volveremos a contar con la ayuda del misterioso Forastero, un ser que habita en el Vacío, que nos guiará en nuestra venganza, con información y la posibilidad de usar poderes inimaginables.
¿Qué camino escogeremos en el futuro? ¿Qué hacer con cada uno de los instigadores que acabaron con nuestro Imperio? Ante nosotros se nos brinda un gran abanico de opciones, marcadas por nuestra propia capacidad moral y el manejo de las consecuencias.
La libertad como el auténtico protagonista
Tal y como se caracterizaba en su anterior entrega, la libertad es el elemento que mantiene el equilibrio perfecto de la fórmula del juego. Desde el mismo principio en el que escogemos a nuestro protagonista, tenemos la opción de llevar a cabo nuestra meta por diversos caminos de juego.
Podemos desarrollar una historia basada en el asalto y derrota de todos nuestros enemigos, defender un estilo más sigiloso, en el que no despertemos ninguna alarma de nuestros perseguidores, o decantarnos por una opción no-letal, en la que utilizar las opciones del entorno para encontrar una nueva vía de juego, que nos permita conseguir un desarrollo más ético para nuestro personaje.
Asombrosamente, la libertad llega a su cota más elevada con la posibilidad de rechazar la marca del Forastero, y realizar nuestra partida por nuestros propios medios, sin tener acceso a ningún poder sobrenatural. Un método ridículamente desafiante para todos los necesitados de nuevas emociones.
Dos estilos, un único camino
Una vez presentado los elementos característicos de la libertad en el juego, es el momento de adentrarnos en los detalles en torno a la dualidad de sus protagonistas, y las diferencias entre sus dos estilos de juego.
Para los que continúen con las experiencias de Corvo durante esta historia, podrán volver a disfrutar con todo su repertorio de habilidades anteriores, que van desde el desplazamiento instantáneo, la capacidad de controlar ratas a voluntad, poseer cuerpos, ralentizar el tiempo, invocar vendavales o mejorar su capacidad de visión.
En el otro extremo, Emily cuenta con sus propias capacidades únicas, que van desde un gran látigo de sombra para desplazarse por el entorno o atraer objetos y personas, la capacidad de hipnotizar a sus adversarios para pasar desapercibida, invocar dobles de ella misma para distraer o atacar, unir el destino de adversarios para acabar con ellos en serie, mejorar su visión, o volverse una sombra tenebrosa con la que descuartizar a todos sus objetivos.
Podremos potenciar cada uno de los poderes, por medio de la colección de diferentes runas ocultas por los diversos recovecos del escenario, las cuales nos darán capacidades especiales a nuestros poderes, así como una mejora de nuestras propias capacidades de combate y movimiento.
Junto a este glosario de habilidades ocultas, podremos desarrollar a nuestro personaje un poco más allá, obteniendo alguno de los diversos talismanes de hueso ocultos en el juego, que contienen pequeñas mejoras adicionales, que incluso podemos llegar a acumular.
Con este equipamiento a nuestro alcance, podremos desarrollar nuestro propio estilo de juego a través de las 9 misiones que encontraremos durante nuestra partida. En cada una de ellas, el objetivo podrá ser conseguido por la aniquilación de los objetivos, o la búsqueda de una ingeniosa opción oculta que nos permita avanzar sin tener que causar estragos.
Todo un repertorio de opciones que hará las delicias de los jugadores más desafiantes, y aportará horas a la rejugabilidad del título, gracias a la opción de alternar entre Emily y Corvo, que aunque no tengan diferencias en el desarrollo de la historia según sea nuestra elección, sí que poseen un estilo propio.
El inolvidabñe ambiente de Dunwall
Puede que junto a su característico estilo de juego, uno de los detalles más marcados en la saga Dishonored sea su gran ambientación.
Durante el avance de nuestra partida, volveremos a recorrer las calles de las diferentes ciudades y distritos del imperio, caracterizadas por incontables detalles en su entorno, y de los pocos habitantes que resisten todavía en las inmediaciones.
Y es que en este título, la historia avanza por los caminos menos convencionales, presentando unos escenarios únicos en el que el jugador descubre la decadencia que ha caracterizado al pasado del lugar. Nos adentraremos en edificios en cuarentena infectados por plagas de insectos carnívoros, sufriremos el conflicto de diferentes facciones en barrios obreros, o incluso descubrir alguno de los detalles más sorprendentes, con la aparición destacada de escenarios como La mansión mecánica, donde un entorno cerrado se convierte en un escenario cambiante, o en La residencia de Aramis Stilton, en la que tendremos la capacidad de doblar el tiempo e ir saltando entre dimensiones temporales.
Todo este logrado entorno, junto a su reconocida temática steampunk y a la peculiar caracterización de cada uno de los personajes, consigue que Dishonored 2 posea un estilo único, que junto a su doblaje al castellano, cumpla todos los requisitos que esperamos de un gran título.
El regreso de una gran historia
En conclusión, Dishonored 2 consigue mantener los elementos que tanto disfrutamos de su anterior entrega, con las mejoras necesarias para todos los necesitados de novedades con el cambio de juego.
Nos esperan más de 15 horas de misiones cargadas de opciones, rutas y desafíos, dispuestos a devanarnos la cabeza, imaginando las posibilidades de realizar una jugada perfecta de sigilo que no alerte ningún centinela, o la opción de desmadrarnos totalmente, y presentarnos en mitad del escenario, dispuestos a derrotar a cualquiera.
¿Cuál será tu propio camino en la historia?
Lo mejor
- La libertad de elegir personajes, poderes y rutas de avance por el escenario.
- La cantidad de contenido oculto e historias a descubrir.
- Conseguir dominar los poderes y volverte una auténtica fuerza imparable.
Lo peor
- La trama no varía entre personajes.
- Pequeños aspectos del juego por pulir, con pequeños bugs que, en contadas ocasiones, nos entorpecen la jugabilidad.
- La manía de poner todos los textos en un tamaño de fuente ridículamente pequeño.