Análisis de The Golf Club Collector's Edition - PS4

Pues sí, parece mentira, pero desde que Tiger Woods le dio a los escándalos sexuales consecutivos, los juegos de golf han notado el revés de ventas, publicidad y presencia en el mercado, hasta ahora. The Golf Club llega el primero para ponerse a la cabeza del género ante la ausencia de otros rivales. No es un juego llamativo, ni perfecto, dista mucho; pero The Golf Club inserta una serie de elementos sociales que, por su perfecta implementación, bien merecen una partida.
SOCIAL GOLF
Es el aspecto primordial de The Golf Club, el que llama la atención y el primer motivo por el que decantarse a comprarlo o probarlo. El aspecto social es primordial en el título de HB Studios (un estudio canadiense con mucha experiencia en títulos de béisbol y rugby, pero que también ha desarrollado otros títulos deportivos como FIFA 12 para Wii o NHL 09 para PC y PS2). Tanto lo es que incluso nos parece mucho más importante pararnos detenidamente en este apartado antes de afrontar los tópicos y típicos sobre diversas secciones técnicas.
Para empezar, tenemos la posibilidad de jugar hasta cuatro jugadores en red local, algo nada novedoso pero importante de cara a poder disfrutar de un juego de golf en compañía. El juego online es también un indispensable en The Golf Club y en cualquier título deportivo. Otro punto a favor. No obstante, es el momento en que empezamos a familiarizarnos con el poderoso editor de campos el que nos damos cuenta que nos encontramos ante la piedra angular del videojuego. Podremos crear, compartir y puntuar los campos de golf hechos por cientos de personas, algo que aumenta la duración del título de manera escandalosa. Podremos escoger tipos de tierra, arena, forma de hoyos y escenarios para dar forma a recorridos tan interesantes que pueden superar en complejidad los ofrecidos por el propio equipo desarrollador.
Como si de un Mario Maker o LittleBigPanet se tratase, las creaciones de los usuarios se convierten en desafíos más que interesantes, difíciles, apasionantes y, en ocasiones, imaginativos. También los habrá que pequen de simplistas o no tengan apenas sentido, más allá de colocar piedras y greens con forma de pene (esto no lo hemos visto… todavía.).
De esta forma, el componente social se vuelve imprescindible para el disfrute de The Golf Club ya que, al margen de los campos editables y creaciones, también estamos al corriente en todo momento de las acciones de nuestros amigos y contrincantes, de sus creaciones, y de su forma de jugar, pues podremos incorporar “fantasmas” de otros jugadores para mejorar nuestro propio juego. También existen campos y recorridos que se generan proceduralmente, por lo que pocas veces veremos (al margen de los campos fijos, que no son muchos y no cambian) dos recorridos iguales. La integración con las redes sociales y la cantidad ingente de estadísticas y datos de amigos completan el apartado central de The Golf Club.
A VECES FALLA EL SWING
El apartado técnico de The Golf Club es una de sus mayores mermas. No es, en absoluto, un título feo ni anticuado, pero el motor Unity muestra entornos y personajes prototípicos, sin muchos movimientos y, lo que es peor en un juego de golf, sin mostrar de manera realista los pasos de preparación antes, durante y después de dar el golpe. Pese a ello, toda la carga gráfica es consistente desde su propia óptica visual, pues no hay apenas caídas en la fluidez.
The Golf Club no es un título con muchos recursos, por lo que no veremos anuncios ni una campaña de marketing potente. Esto también repercute en las licencias que ofrece, exactamente cero. Pero es un “Club de Golf”, y como tal, no tienen que ser, obligatoriamente, jugadores reales. Ningún problema con estas ausencias, pues no se echa en falta en un juego de golf la presencia del número once mundial, Sergio García, como sí se echaría en falta a Messi o Cristiano en un juego de fútbol.
El movimiento de golpeo se realiza con los dos sticks, un método ya utilizado con anterioridad pero que se muestra fácil de usar. HB Studios ha decidido alejarse de las típicas pulsaciones de botones en el momento justo al estilo Everybody’s Golf en una decisión acertada pese a que, en definitiva, la traslación a sticks del golpeo en el momento justo sea literal.
CONCLUSIONES
En definitiva, nos encontramos con un videojuego entretenido, fácil de jugar, divertido con amigos u online y con un componente social más que interesante gracias a la creación de pistas y la posibilidad de compartirlas y votarlas. Su apartado gráfico es justo, nada llamativo e incluso en algunos aspectos por debajo de más de un título de golf de la anterior generación. La música es completamente secundaria, pero ambienta y se agradece la traducción de textos en pantalla.
No es un simulador y en ocasiones se asemeja más a Neo Turf Masters que a algún Tiger Woods del pasado, pero se disfruta mucho desde el primer instante. Perfecto para seguidores no acérrimos del golf.
El aspecto negativo reside en el propio comportamiento de los jugadores, con algunos movimientos erráticos y poses de preparación antes de un golpeo, más que extrañas.
LO MEJOR
- Creación de recorridos y la posibilidad de compartirlos
- El componente social
- Rápido, directo y fácil
LO PEOR
- Apartado técnico de hace un par de años
- Cero licencias. Tampoco pasa nada
- Algunas poses de los jugadores a la hora de golpear