Análisis de Starcraft II: Wings of Liberty - PC

Son muchos los autores que buscan crear la expectación entre su ávido público manteniendo la tensión ocultando parte de la trama capítulo tras capítulo o, incluso, dejándola en espera hasta una futura continuación de su trabajo. Es un recurso muy usado que, según cómo se utilice, puede dar lugar tanto a la creación de auténticas obras maestras como a la de meros folletines con poco que contar que intentan fidelizar a unos pocos seguidores a la desesperada.
EL RETORNO DE UN GRANDE
Blizzard, ya sea como recurso en busca de expectación o simplemente por necesidad de dejar añejar su argumento tal y como se hace con los bueno vinos, se ha tomado su tiempo en hacer llegar a nuestras manos la nueva y esperada entrega de StarCraft. Por suerte para todos los aficionados a la estrategia, la espera ha sido fructífera y, de las múltiples posibles entregas que podían haber salido de las mentes pensantes de la compañía, la que finalmente ha llegado a buen puerto ha sido este Starcraft II: Wings of Liberty.
Tras la pequeña decepción que supuso la última entrega de la saga Command & Conquer, no llegando a la calidad que los aficionados a la franquicia esperaban, la comunidad jugona no pudo evitar volver la vista con cierto temor hacia el título que hoy tratamos en este análisis y que, en aquellos momentos seguía en desarrollo. Algo lógico, teniendo en cuenta la recurrente moda que se está imponiendo en la industria de “casualizar” cualquier género excesivamente especializado o “hardcore”.
Sospechas, miedos, malos augurios... todo eso ha quedado atrás una vez que el juego ha llegado a las estanterías. Tras habernos tomado nuestro tiempo para exprimirlo al máximo sin presiones (algo que este redactor agradece a las siempre benevolentes “altas esferas” de Juegos DB) y, especialmente, dar buena cuenta de su modo multijugador. Y, en los pocos días que han transcurrido desde su lanzamiento, para muchos ya se ha convertido en todo un manual de referencia en el que deberán fijarse los futuros títulos del género. ¿Llevarán razón? Vamos a descubrirlo con nuestro análisis.
LA GUERRA SE ACERCA...
Mi nombre es Jim Raynor. Quizá no me recuerdes, ya que hace años que no sabes de mí. Desde el fin de lo que vosotros conocéis como Starcraft he estado ligeramente “aislado” por culpa del incidente que involucró a la mujer de la que, sin darme cuenta hasta que era demasiado tarde, me terminé enamorando sin remedio. Hablo de Sarah Kerrigan, mi aliada hasta que la traición de Mengsk la dejó abandonada a su suerte en Tarsonis frente a la invasión zerg.
Eso la convirtió en el engendro que es ahora y que únicamente vive para traicionarnos en busca de sus egoístas y malvados objetivos. No puedo evitar pensar que habría sido mejor que Sarah muriese allí en Tarsonis. Sí, lo sé, es cruel por mi parte y me cuesta asumir que yo pueda llegar a desear eso, pero si algo de la conciencia de la Sarah que yo conocía siguiese activa dentro de lo que ahora se ha convertido... pediría a gritos que la exterminásemos sin dudarlo ni un segundo.
Pero, por desgracia, Sarah y todas las batallas y tragedias que ha desencadenado desde que se convirtió en la Reina de Espadas han dejado de ser mi única preocupación. Y eso no es bueno. En los últimos años me he dedicado a dirigir un movimiento contra las fuerzas del Dominio, llamado los Asaltantes de Reynor. Por más tiempo y esfuerzo que le he dedicado no hemos tenido demasiado éxito por culpa de ese maldito Mengsk, que no hace otra cosa que manipular a los medios y darnos mala publicidad para que nunca logremos nuestros objetivos. Ahora parece que, al fin, la situación va a cambiar. Nuevos aliados harán que nuestros objetivos avancen, aunque eso no quiere decir que esto vaya a ser un camino de rosas...
...CON TODA SU GLORIA...
Como hemos podido ver en esta breve introducción, el modo campaña pretende continuar con la línea argumental que ya pudimos ver en el pasado. Lo más destacable es que en esta ocasión nos centramos en la figura de Jim Reynor, lo que significa que, siempre que juguemos el modo historia, en su mayor parte sólo podremos controlar a los Terran mientras vamos conociendo nuevos detalles sobre la “revolución” que encabeza.
Antes de que los fans más acérrimos de la saga empiecen a poner el grito en el cielo hay que aclarar que, a pesar de lo indicado en el párrafo anterior, si queremos controlar a los Zerg y los Protoss tendremos la oportunidad de hacerlo siempre que queramos en el modo multijugador, del cual hablaremos en breve.. Eso sí, la posibilidad de hacer lo propio en el modo campaña para conocer más detalles de sus respectivas historias queda reservada a futuras entregas o expansiones.
Esto, que puede parecer una decisión incomprensible o, cuanto menos, comercial por parte de Blizzard resulta ser más que perdonable una vez descubrimos el mimo con el que se ha cuidado el modo campaña de esta entrega. No sólo la historia se beneficia de poderse desarrollar con coherencia y unidad al tratar los hechos desde un único punto de vista, sino que al simpatizar con la figura de Jim Raynor todo adquiere un tono más épico, más melancólico, que nos lleva a involucrarnos personalmente en su revolución y “vendetta” personal contra Mensk... y en su tortura personal contra Sarah.
...Y TODO SU HORROR
Aunque la revolución es nuestro principal objetivo en el inicio de la campaña, poco a poco nuestra lista de tareas va ampliándose y complicándose, para disgusto de Jim Reynor y regocijo de nosotros, los jugones. A pesar de empezar con misiones medianas que nos enfrentan a las tropas de Mensk mientras ayudamos a liberar varios asentamientos que se encuentran bajo su yugo opresor, pronto veremos como esta situación cambia y la cosa empieza a ponerse emocionante de verdad.
El reencuentro con un “viejo amigo” sirve como punto de inflexión para las actividades de Jim hasta el momento (pese a que la misión en la que nosotros hemos tomado parte ha sido bastante breve) y gracias a un improvisado acuerdo pasamos a pensar en una escala mayor. Recogiendo artefactos alienígenas logramos, además de recaudar fondos para que nuestro movimiento no siga siendo silenciado por los viles métodos de Mensk, mejorar nuestro equipamiento con la tecnología descubierta o adquirida.Pero las mejoras no llegan solas, y la amenaza Zerg pronto se abalanza sobre nosotros en misiones que cada vez requieren más destreza por nuestra parte, por lo que es de agradecer que la dificultad esté tan bien equilibrada y no nos complique en exceso. Aunque eso no evita que terminemos repitiendo alguna que otra misión o volviendo a uno de los tan útiles checkpoints automáticos que guarda el juego, ya sea para conseguir uno de esos logros que tanto necesitamos o porque simplemente no hemos sido lo suficientemente cuidadosos y nos hemos metido en un embrollo de los grandes.
STARCRAFT II: WINGS OF LIBERTY-ÍNDICE
PÁGINA 1 - Introducción e Historia.
PÁGINA 2 - Trama, detalles y multijugador.
PÁGINA 3 - Conclusiones.