Análisis de Risen 2: Dark Waters - PC

El mundo de los piratas y el misterio de la mitología, son dos ambientes muy interesantes que encajan muy bien en las mentes imaginarias de las personas, y por lo tanto, son dos mundos que funcionan bastante bien en el concepto de videojuego, donde al jugador se le evoca un sueño en plena realidad tomando parte jugable del mismo. Los canadienses de Piranha Games han querido unir ambos mundos con Risen 2: Dark Waters, secuela de la criticada primera entrega aparecida hace poco más de dos años, que nos dejó un sabor bastante positivo pero ahogado en imperdonables cuestiones técnicas. Aunque las versiones del juego para consolas se han visto retrasadas hasta agosto, la de PC sí ha cumplido con su fecha estimada de salida, aunque no por llegar antes se consiguen mejores resultados.
Un mes atrás pudimos probar una beta del juego en su versión de Xbox 360, con la duda de si la versión final resolvería los problemas técnicos que vimos en dicho código. Tras habernos infiltrado como pirata en las islas más paradisíacas del Caribe y con media Inquisición vigilándonos, solo conviene decir que el bajo presupuesto destinado para la producción del juego se ha notado en unas vacaciones por el Caribe que se han tornado más tranquilas y monótonas de lo esperado.
Siguiendo con la fórmula del héroe anónimo, en Risen 2: Dark Waters el mundo yace a merced de unos titanes marinos que se dedican a asustar a la población y hacer puré a cualquier barco que se precie a navegar. La Inquisición está desesperada y su flota no encuentra solución alguna para acabar con el advenimiento de esos seres acuáticos tan temibles al espejo. Por suerte, los malvados y sucios piratas cuentan con el arma definitiva que es capaz de devolver a las profundidades del océano a estos bichos marinos, aunque por desgracia la Inquisición no se lleva precisamente bien con los piratas...
PIRATA DE QUITA Y PON
Nuestra misión es clara: infiltrarnos en la guarida de los piratas, ganarnos su confianza y en el momento oportuno, robarles tan preciada arma, y lo demás ya sería problema de otros. Siendo un noble caballero, es difícil que nuestro personaje pueda formar parte de los piratillas en los primeros compases, y por ello mismo tendrá que comenzar un gran viaje de superación, cambio mental, físico y malos modos, con una gran cantidad de misiones secundarias y otras principales que nos conviene superar para ser aceptado como algo más que un novato en busca de aventuras.
En el juego iremos saltando de isla en isla, cada una con sus fortalezas, pueblos, piratas, soldados y monstruitos, superando las misiones que nos encontremos e intentando no liar las cosas más de lo debido. En estas islas tendremos una amplia libertad de movimiento, también de decisión e incluso de lucha. No estamos ante un título tan libre como el primer Risen, pero nos encontraremos con momentos bastantes desternillantes al uso. El primer problema con el que nos tropezamos a la hora de disfrutar del juego es en la repetición de parámetros, algo que podemos observar en los escenarios, que en su mayoría se reciclan una y otra vez; y también en los enemigos, que se repiten mucho y descompensan bastante la curva de aprendizaje en las primeras horas de juego.
Todo esto nos conduce al sistema de combate, más cojo que un pirata de los mares. Respecto al sistema que vimos en la beta, las cosas poco han mejorado. El sistema sigue siendo bastante torpe, sin posibilidad de fijar bien a los enemigos, con una cámara que no sigue bien las luchas y con una enfermiza dirección de machacar los botones sin más. Además, no existen formas de evasión, con lo que al momento de rodearnos de varios enemigos podremos soltar el teclado y el ratón en esperas de que nos maten, ya que apenas podremos escapar de los ataques. Cuando llevemos varias horas de juego, podremos contar con el apoyo de otros personajes que nos seguirán a todas partes, haciendo que los combates con varios enemigos al mismo tiempo sean menos desesperantes.
Un aspecto mejor elaborado es el sistema de progresión y subida de niveles. Cada nivel subido nos permite el desbloqueo de una serie de parámetros que nos abren nuevas habilidades, aunque también tendremos la opción de usar oro para que otros personajes nos enseñen habilidades adicionales que de otra forma nos costaría conseguir. Estas pueden versar desde el arte de usar ganzúas, el sigilo, la picaresca, la labia, y sin olvidar otros aspectos como la chulería del vudú, el uso del mono o del loro.
El inventario del juego es bastante sencillo y fácil de lidiar. En el mismo encontramos los atributos, talentos y habilidades del personaje; el equipo, objetos y botín que poseamos; la carta náutica con los mapas; y una bitácora con diálogos y las misiones que hayamos descubierto, estén superadas o no. En resumidas cuentas, de lo que se trata en Risen 2: Dark Waters es de adentrarnos paso a paso en la vida de los piratas, superando misiones principales y secundarias ambientadas en distintas islas, mejorar las habilidades del personaje mientras exploramos las zonas, derrotar enemigos, e interaccionar con otros personajes del juego. Esto último enlaza con el sistema de diálogo, sencillo, al estilo de ramificaciones, donde podemos observar el sentido del humor sano y la cantidad de tareas secundarias a realizar.
SAQUEO TÉCNICO
Tocamos el aspecto más delicado del juego: el terreno técnico. La ambientación paradisiaca de las islas ayuda bastante a conseguir un apartado gráfico muy apetecible, donde el jugador disfrutará surcando a su estilo las distintas islas, arropado por ese aroma mitológico y natural. Las islas cuentan con muchos detalles, son amplias, con gran distancia de dibujado, vegetación que reacciona al entorno, ciclo de día y noche, y todo sin apenas tiempos de carga ni transiciones, y la verdad que las texturas están realmente bien. El problema viene con los modelados, bastante justitos, con la repetición de elementos entre estructuras, enemigos y personajes, en una clara intención de aprovechar recursos por el limitado presupuesto del juego; y sobre todo en la preocupante bajada de frames.
Este último aspecto aparece aún poniendo la calidad gráfica del juego al mínimo y sin personajes cercanos, una falta de optimización del juego que a los más puristas les causará una extraña sensación a la hora de jugar. Mejor suerte ha corrido el apartado sonoro y la música. La banda sonora está a buen nivel, con melodías misteriosas y “piratescas”, con algunas piezas que merece la pena tararear; y los sonidos bastante curiosos y variados, que te harán trasladarte a una selva tropical. Las voces están en un buen inglés, aunque con cierta desincronización, y con los textos de pantalla en castellano, que la verdad vienen bastante bien para no perderse en los dobles sentidos en inglés.
RISEN 2: DARK WATERS -ÍNDICE
PÁGINA 1 - Análisis.