Análisis de Ninja Gaiden 3 - Jugabilidad y apartado técnico - PS3, Xbox 360

RYU SIGUE CORTANDO, PERO CON MENOS ARMAS
Los jugadores veteranos de Ninja Gaiden reconocerán la mayoría de mecánicas jugables de la tercera entrega. Seremos Hayabusha, el mítico ninja que ha salvado el mundo en varias ocasiones y que se ve envuelto en una contrarreloj por salvarlo de nuevo de un grupo terrorista. No será el único problema del maestro ninja, pues tendrá un pequeño inconveniente relacionado con su brazo a lo largo del transcurso de la historia, situada en un lapso temporal de ocho días y ambientada en varios lugares del mundo, desde Londres hasta el desierto, pasando por Japón.
El estilo apenas cambia, como hemos dicho, respecto a pasados juegos de la saga, pero pequeños cambios (grandes para un tipo de jugador muy específico) diferencian Ninja Gaiden 3 de los otros. La regeneración es un tema llamativo, muchos usuarios antiguos no estarán de acuerdo al respecto, pero en un juego con una dificultad tan alta para el público medio, y para los cánones que mandan hoy en día en el desarrollo de videojuegos y en la industria, está justificado. Se traduce en una ligera suavización de la dificultada, aunque, ni por asomo, una casualización extrema del legado Ninja Gaiden.
Otro tema para discusión es la reducción drástica de armamento en nuestro poder. Tenemos shurikens, también la consabida katana y un arco, pero nada comparado con la diversidad de armas, a cada cual más estridente y llamativa, de sus predecesores. Sin duda incide en la propia jugabilidad del título, puesto que tendremos menos opciones con las que afrontar las luchas contra enemigos, eso sí, las bondades de la espada y los bestiales movimientos hace que nos olvidemos por un momento de otro tipo de armas. Tampoco podremos mejorar nuestra arma, a diferencia de las anteriores entregas. Algo que sí resta cierto tono táctico y estratégico de otros, donde podíamos centrarnos en un tipo de ataque y explotarlo a la saciedad gracias a una espada creada para tal menester.
QTE Y LA DESAPARICIÓN DE LOS MIEMBROS VOLADORES
Entre las novedades de Ninja Gaiden 3, no todo iba a ser degradación respecto a los otros, tenemos la acentuación de los Quick Time Events. Loas queridos y odiados a la vez QTE salpican cada escena del juego con asiduidad. Normalmente responden a escenas de persecución y huida, además de facilitar la escalada. Team Ninja ha incluido dichos movimientos también en el fragor del combate, algo que incide en su naturaleza de gustar a un público cada vez mayor. Eso sí, estos movimientos de respuesta rápida no merman el combate, pues normalmente obedece al propio ataque que realiza el jugador y si lo hacemos con “Cuadrado o X” según versión, el movimiento deberemos repetirlo con el mismo bot´çon del ataque normal.
En otro orden de cosas sí destaca la ausencia de desmembramientos. Es algo inerte a la tercera entrega de la serie, que ve reducida su carga gore en ese sentido. Los litros de sangre característicos de la serie siguen presente, incluso en un grado superior para enmascarar tal ausencia. En este sentido sí resulta una rebaja de la violencia bruta y sinsentido de Ninja Gaiden 2. En fechas cercanas varios de los desarrolladores de Team Ninja aseguraban del peligro de llevar hasta el extremo la violencia en los videojuegos, convirtiéndolos en algo cercano al bizarrismo, alejándolos de la madurez. No pueden estar más equivocados. En su búsqueda por lo recto y lo realista han parido un juego de un ninja que masacra a sus enemigos en una Londres actual a golpe de katana, con compañeras semidesnudas. Un sinsentido total y una falta de respeto por el propio género y por la industria, que no necesita de doctrinas transparentes para ser un medio adulto y, si así se hace, mejor ser un medio de niños todavía.
¿LA SANGRE SALPICA? UN 10 EN GRÁFICOS
El apartado técnico de Ninja Gaiden 3 sobresale entre la medianía de producciones actuales. Pese a no considerarse un juego “top” en este sentido, el gusto por los personajes principales, no tanto en los secundarios, y la presentación de las escenas de acción convierten a la tercera entrega de Ryu Hayabusha en un gustoso placer rojo. Porque el color rojo de la sangre es el principal sustento del notable apartado técnico, tapando convenientemente nuestra visión del ninja y de algunos enemigos. Molesto pero necesario, y bello.
La cámara responde bien a la mayoría de movimientos y la marca de la casa Ninja Gaiden, las ejecuciones insertadas en el desarrollo de la propia lucha, se muestran impresionantes. Eso sí, ni el apartado sonoro destaca en ningún sentido, tampoco desmerece a una producción del estilo de Ninja Gaiden 3. Eso sí, cabe destacar la pérdida de gancho de los enemigos en el juego que nos ocupa. Masacrar humanos y robots está bien, pero hubiéramos preferido mayor variedad de monstruos (y eso es lo que queremos, monstruos) así como una presencia y una personalidad mayor para los jefes finales. Los escenarios también pecan de una dualidad no muy marcada, en ocasiones bellos y perfectamente construidos para la acción y en otras vacíos y faltos de interés. En definitiva, espectacular por momentos y a la altura, como mínimo, de sus coetáneos en el género del corta y rasga.
NINJA GAIDEN 3-ÍNDICE
PÁGINA 1 - Antecedentes y mecánica.