Análisis de Journey - PS3

Desde Santa Monica Studio y ThatGameCompany nos llega un juego que sigue la línea de Flow y Flower, trabajos anteriores de este joven equipo de desarrollo que recuerda a grandes producciones de Team Ico como Shadow of the Colossus, Ico o el ambicioso Last Guardian, cuyo desarrollo tiende de un hilo en estos momentos.
Si os gustó el relajante Flow, o el embriagador y espiritual Flower, no os podéis perder Journey, pues tal y como nos tienen acostumbrados los chicos de ThatGame, Journey hereda algunos aspectos de la jugabilidad y la esencia de sus primeros trabajos para reinventarse en un nuevo juego que seguro dará mucho que hablar. Para los que no conozcan el trabajo de este equipo de desarrollo, añadir que Journey se encuentra en un punto medio entre Ectoplankton y Shadow of the Colossus, con un diseño de personajes que recuerdan a Sin Cara, el espíritu errante de El Viaje de Chihiro (Studio Ghibli).
UNA PARÁBOLA INTERACTIVA
Os despertaréis solos, rodeados por kilómetros y kilómetros de un paisaje compuesto de arena hasta donde la vista alcanza. Puede que la inmensidad de este desierto os supere y os sintáis perdidos, pero bastará con explorar un poco el entorno para saber en qué dirección emprender el épico éxodo que ofrece el título. Journey presenta un viaje muy espiritual del que no podemos desvelar mucho más, pero os aseguramos que vale la pena jugarlo para descubrir la historia que esconde.
El control del juego es muy sencillo e intuitivo, al igual que en Flower, bastarán tan solo dos botones y el sensor giroscópico del Dualshock 3 para disfrutar de la aventura. No obstante, si no os gusta utilizar el sensor de giros del mando de PS3, podréis controlar la cámara con el joystick analógico, vosotros decidís según vuestro gusto. Dejando a un lado la sencillez del control y la escasa utilización de los botones del mando, queremos añadir que éste responde muy bien a los movimientos, captando a la perfección todas nuestras acciones. Asimismo, nos gustaría dejar bien claro que la jugabilidad del título no precisa del uso de más botones, y que la escasez de los mismos en ningún momento merma la experiencia jugable.
Su sencillo sistema de juego nos permitirá saltar, volar o deslizarnos por el escenario para avanzar hasta nuestra meta. Uno de los grandes placeres que ofrece el juego es poder subir a una duna muy alta para deslizarnos suavemente como si nos encontrásemos en el propio 1080° Avalanche de GameCube. Saltar, interactuar con los objetos y poder volar en un escenario tan inmenso ofrece una experiencia de lo más relajante. Los inanimados personajes que encontraremos a nuestro paso, extrañas cintas de tela que en ocasiones adoptan formas de criaturas marinas nos acompañarán durante el viaje, guiándonos y ayudándonos a cumplir nuestro objetivo: avanzar en un viaje incierto que, por norma general, no será peligroso.
Journey se presenta como la simbiosis perfecta de un puzzles y plataformas, que aluden a los vistas en juegos como Ico o Flower, anterior trabajo de ThatGameCompany. La duración de Journey es quizás el Talón de Aquiles de este impresionante juego, una media de tres horas que nos dejan con ganas de más, aunque la gran cantidad de objetos ocultos, los lugares que desbloquear y la rejugabilidad de los niveles y del propio título en sí, lo convierten en una experiencia jugable infinita. No obstante, añadir que alargar la duración del título en exceso podría convertirlo en monótono y aburrido. La historia se muestra por capítulos independientes que siguen un orden en el argumento del mismo, con un planteamiento sencillo pero de elaborada presentación. Sus niveles, muy variados, respetan siempre un mismo patrón: un universo de arena que en ocasiones adoptará la apariencia de agua o nieve, trasladándonos desde las calurosas dunas del desierto a las oscuras profundidades marinas o las frías cimas montañosas cubiertas de nieve.
UN VIAJE ESPIRITUAL
Journey es un título que se puede jugar perfectamente solo pero que, si permanecéis conectados al modo online, os ofrecerá la posibilidad de vivir una experiencia muy divertida, además de brindaros el apoyo de un compañero que os vendrá muy bien para superar los desafíos y alcanzar la meta. Con el modo cooperativo, de repente aparecerá en vuestro escenario otro personaje y podréis seguir juntos o cada uno por su lado, vosotros decidís. No obstante, la sensación de querer comunicarte con él y no poder articular palabra alguna, quedará saciada con el uso de la "llamada" o los saltos, muy prácticos como reclamo para llamar su atención.
Los impresionantes escenarios presentan texturas y físicas realmente sorprendentes. Unos efectos visuales cautivadores que, junto con una arena que reacciona a la perfección con nuestros movimientos harán más deliciosa aun si cabe la sensación de viajar y volar hacia el objetivo. Las telas, los efectos de partículas y las animaciones de los personajes son de una calidad soberbia.
Durante todo el desarrollo del juego no podremos pronunciar o escuchar palabra alguna, pero la espectacular música orquestal que acompaña esta estrega, unida a los efectos de sonido, hacen que en Journey no se eche en falta en ningún momento, pues el apartado sonoro acompaña a la perfección cada situación del juego, enfatizándose o calmándose para provocar en el jugador sentimientos variados.
JOURNEY-ÍNDICE
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