Análisis de I am Alive - PS3, Xbox 360

El mundo cambia constantemente. Las mareas sociales arrastran nuestras vidas en una u otra dirección sin que apenas nada podamos hacer al respecto. Pero un día todo eso muere, todo se desmorona y donde había ciudades, personas… vida, sólo queda ahora un vasto desierto de hormigón, metal, ceniza y polvo ¿he dicho desierto? Sería más adecuado decir un cementerio.
Y es en ese momento en el que I am alive, la última perla de Ubisoft, cobra vida. El mundo se desmorona y sólo un pensamiento recorre la mente de nuestro protagonista, encontrar a su familia. De este modo se da el pistoletazo de salida para permitirnos vivir una aventura que nos hará disfrutar de principio a fin.
SIGO CON VIDA
Lo primero que apreciamos una vez arrancado el juego desde nuestro disco duro es que los textos están traducidos a nuestro idioma, no así las voces que, a pesar de no llegar dobladas a nuestro idioma, tendrán un nivel de calidad bastante bueno. Como en cualquier otro juego de Xbox Live que se precie, en el menú hacen acto de presencia diversos elementos ya conocidos como los marcadores online, la lista de logros así como las opciones y el modo campaña. Todo presentado en una dramática escena en la que la música nos invitará a desear comenzar la aventura lo antes posible. Y es que si bien el juego no consta de una banda sonora destacable, sí cumple muy bien su cometido, siendo no obstante digna de señalar la melodía que nos acompañará en este primer momento de navegación por el menú principal, muy adecuada y que gustará al usuario.
Centrándonos en el modo campaña comprobamos que éste a su vez consta de dos modos de dificultad, el modo normal (en el que sufriremos a cada momento pero sin que la experiencia requiera de un gran esfuerzo para completar la campaña) y el modo supervivencia, siendo este más que digno poseedor de dicho nombre, ya que los recursos (ya de por si limitados) así como las opciones de continuar la partida desde un punto de control (también con su límite) se ven sensiblemente mermadas para hacer sentir al jugador como un auténtico superviviente en un mundo muy crudo.
BIENVENIDOS AL HOLOCAUSTO
Lo que el jugador va a encontrarse en I am alive es un mundo que perfectamente tendría cabida en el universo de Fallout, un mundo desmoronado, peligroso, en el que el único paisaje posible es el de las ruinas de los edificios, los coches destrozados en mitad de la carretera, etc. Todo con un nivel de detalle que, sin estar a la altura de los grandes títulos de la actualidad, tiene un muy buen aspecto y resultado final. Lo curioso llega cuando comenzamos a jugar, y es que en este apartado recuerda en gran medida a Assassin’s Creed, ya que gran parte del tiempo que pasemos lo haremos escalando al más puro estilo de Ezio o Altaïr.
Por otra parte el desarrollo de la aventura se llevará a cabo de una forma muy básica: ir del punto A al punto B para recoger un objeto importante para la trama o llevar a cabo algún otro tipo de misión para después regresar al punto de origen y ver como el argumento continua avanzando. Las posibilidades de exploración no son demasiadas y a pesar de zonas muy determinadas en las que tendremos una mayor libertad, lo cierto es que en todo momento tenemos la sensación de estar ante una jugabilidad muy lineal. Nuestro camino está marcado y rara vez saldremos de los “pasillos” que debemos recorrer.
A pesar de sonar a mecánica repetitiva, lo cierto es que en ningún momento despierta esa sensación en el usuario gracias al reto que supone cada paso que se da. Y es que el gran punto fuerte que sirve como base para hacer de I am alive lo que es consiste en su notable carácter estratégico. No importa si estamos escalando, enfrentándonos a enemigos o simplemente avanzando; un paso en falso puede ser mortal. A la hora de escalar, por ejemplo, lo primero que comprobamos es que contamos con una limitada barra de resistencia que irá bajando a medida que nos mantengamos colgados, debiendo planear debidamente la ruta a subir y buscar cuando sea necesario cornisas u otros lugares en los que poder descansar si no queremos agotarnos y caer al vacío.
¿QUIERES SOBREVIVIR? NO TE FÍES DE NADIE
Tanto pandilleros, grupos criminales o simples inocentes asustados serán un peligro constante para el usuario, que no podrá girar la esquina sin tener que mirar una y otra vez a su alrededor en busca de alguien acechándole. En lo que a enfrentamientos se refiere, siempre nos encontraremos además con varios hándicaps, y es que si bien como ya hemos señalado anteriormente la salud baja a una velocidad alarmante con cada ataque que recibimos, también estaremos siempre en clara inferioridad numérica, no teniendo ni siquiera munición o recursos suficientes para hacer frente a todos nuestros rivales sin pensar bien previamente la estrategia a seguir. Para ello contamos con numerosos recursos, como por ejemplo, el ataque por sorpresa con nuestro machete o “paralizar” a los enemigos apuntándoles con el arma para intimidarles. A pesar de ello en ocasiones no será tarea fácil salir airoso de la situación y más de uno se encontrará repitiendo esa pelea una y otra vez hasta lograr encontrar el modo de neutralizar a todos y poder contarlo.
Otro de los elementos importantes de I am alive y que nos obligará a tener que pensar bien qué hacer antes de actuar será el polvo. El polvo es algo que nos acompañará a lo largo de toda la aventura, tiñendo de gris todo lo que nos rodea, no dejándonos ver el horizonte y, en las zonas más bajas, impidiéndonos la visión a corta\media distancia y el poder respirar con normalidad, lo que nos desorientará por un lado con gran facilidad y reducirá la resistencia y la barra de vida hasta hacernos morir. Entrar en estas zonas llenas de polvo será algo imprescindible para poder avanzar, y es por ello que debemos pararnos a mirar bien el mapa y pensar la ruta a seguir para poder asegurarnos salir de ahí.
Finalmente, en lo que respecta a la duración, lo cierto es que peca de ser escasa. A pesar de que se prometían unas 8 horas de campaña, ésta es fácilmente superable en 4 horas en modo normal, no llegando a las 8 ni por asomo en el modo supervivencia, relegando la durabilidad del juego a un plano muy bajo ya que además, fuera de la misión principal, lo cierto es que no da mucho más de sí, ya que existe una carencia casi total de misiones secundarias a excepción de las 20 víctimas que a lo largo del mapeado debemos encontrar y ayudar para obtener el logro correspondiente para nuestro Gamertag.
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