Análisis de Battlefield Bad Company 2 - PC, PS3, Xbox 360

Las comparaciones, ese elemento imprescindible en nuestras vidas. Están en todos lados, por todas partes. Continuamente aparecen en la prensa, la radio, la televisión, internet… Indispensables en cualquier conversación entre colegas donde se hable de coches o mujeres. En la sección de deportes del telediario nunca falta un hueco para comparar a Messi con Cristiano Ronaldo, porque son usadas constantemente para analizar las semejanzas entre los más grandes de un determinado ámbito. Y cualquiera que se acerque a estos grandes también las sufrirá. Muchas veces pueden favorecer a un candidato a estar entre los destacados, consiguiendo que llegue a serlo. Pero otras, más que ayudar, le hacen un flaco favor, logrando que queden a la sombra de aquello con lo que fue comparado. Como bien dice el dicho, “las comparaciones son odiosas”.
El mundo de los videojuegos no iba a ser menos. Las páginas que se habrán llenado en los foros comparando al Xbox Live con el PlayStation Network. O las disputas que generan año tras año las nuevas entregas del deporte rey. Con Call of Duty estamos viviendo lo mismo. Es inevitable comparar un nuevo FPS con el gran título de Infinity Ward. Ninguno se salva de pasar por este punto. Pienso que esto está perjudicando al juego en el que nos centramos, Battlefield: Bad Company 2, un título que cuenta con la suficiente personalidad y calidad como para depender de sí mismo. Las similitudes existen, es innegable. Pero intentaré evitar todas las comparaciones con Modern Warfare 2 que pueda, cosa que seguro no será fácil.
EL COMIENZO DE LA SAGA
A pesar de ser un juego bélico, Bad Company demostró tener un gran sentido del humor. Esta segunda entrega lo conserva, aunque quizás en menor medida. Por ello, su modo historia ha pasado a tener un toque más épico. Este modo campaña para un jugador comienza con una pequeña misión, muy peliculera, situada en la Segunda Guerra Mundial, en la que debemos rescatar a un científico japonés en una misión secreta. Todo se va al traste cuando es accionada una misteriosa y potente arma, que por cierto suena como el humo negro de Lost. Tras este intrigante prólogo, volvemos al presente para meternos en la piel del soldado Preston Marlowe quien, junto con el sargento Redford y sus dos compañeros, Haggard y Sweetwater, conforman la famosa Bad Company. Nuestra primera misión en la compañía B será recuperar cierto artefacto en Rusia. Cuando lo logremos y estemos a punto de volver a casa, nos informarán que el artilugio conseguido es falso. A partir de aquí comienza nuestra verdadera aventura en busca de Kirilenko, un militar que pretende acabar con Estados Unidos ayudado de la enigmática arma que vimos en la introducción.
A pesar de la corta duración del modo campaña, que no se prolonga más de seis o siete horas, el juego nos deleita con mucha acción y gran variedad tanto de paisajes como de misiones. Desiertos con polvaredas de arena que nos dificultarán la visión, junglas llenas de vegetación, entornos nevados en los que nos moriremos de frío o campamentos repletos de guerrilleros son algunos de los lugares que visitaremos durante nuestra aventura. Como comentaba, hay que sumar la gran variedad de misiones que llevaremos a cabo. Tendremos, por ejemplo, que buscar refugio en la nieve para no morir congelado, hacer de francotirador para abrir camino a nuestros compañeros, acribillar desde la ametralladora del helicóptero a todo lo que se mueva, impedir que alcancen nuestro camión a base de granadazos o cruzar la jungla en quads haciendo una competición con el resto del grupo por ver quien llega antes.
UN GRAN ELENCO DE POSIBILIDADES
Respecto a la jugabilidad, Bad Company 2 sigue apoyándose en las bases que estableció su predecesor, mejorando incluso algunos aspectos. La dificultad ha aumentado, consiguiendo que muramos más de lo que pensáis. La mayoría de las veces será porque hay un “pepino” (así lo llaman tus compañeros de grupo), o sea, un guerrillero con un lanzacohetes que no parará de molestar y te dará más de un quebradero de cabeza hasta que acabes con él. Una de las últimas fases del juego se convertirá en un verdadero reto en el que llegarás a aprenderte de donde salen los enemigos para poder avanzar sin morir. Como apunte, esperaba que la fase final fuera algo más complicada y supusiera un reto mayor, sobre todo viendo lo complicada que se hace la fase anterior a esta. Otro punto que ha mejorado es el sistema de vida. Donde antes teníamos un medidor para saber cuanta salud nos quedaba y disponíamos de unas jeringuillas ilimitadas para recuperarnos, ahora no disfrutaremos de dichas jeringas y solo sabremos que estamos cerca de la muerte porque la pantalla se teñirá de rojo, además de oír un extraño sonido; a cambio, protegiéndonos un poco de los disparos y consiguiendo que no nos alcancen, recuperaremos vida automáticamente. Vamos, que han modernizado completamente el sistema de salud. Sin embargo, cuando llega el punto en el que no hemos podido evitar la muerte y debemos reaparecer en un checkpoint ha pasado a convertirse en algo un poco molesto. Esto es porque la acción de revivir no se completa automáticamente, y cada vez que caigamos en la batalla nos saldrá un menú donde elegiremos que queremos regresar al último punto de guardado. Sería mucho más cómodo que fuera automático, ya que este nuevo sistema se acaba convirtiendo en algo tedioso e inútil.
En gran parte de la campaña iremos acompañados por la compañía B, aunque en determinadas ocasiones nos separaremos del resto del grupo por diferentes motivos. Cuando estemos junto a nuestros compañeros, estos se limitarán a disparar y quitar algún rival de en medio o conducir un determinado vehículo, dejándonos a nosotros las acciones realmente importantes y decisivas. Durante los pocos momentos de tregua que tiene el juego, es interesante no avanzar en nuestro camino para escuchar las conversaciones que mantienen nuestros colegas, te producirán más de una sonrisa.
A medida que avanzamos en el juego, iremos encontrando variadas armas aunque solo podremos llevar dos. Pero no te preocupes, a lo largo de la campaña nos iremos topando con cajas de suministros donde tendremos a nuestra disposición las armas que ya hemos recogido desde el comienzo, así podremos cambiar nuestro fusil francotirador por la escopeta o deshacernos de esa asquerosa pistolita para coger una metralleta y arrasar con todo. No dejar atrás ningún arma, localizar todas las estaciones ocultas o completar la campaña en dificultades mayores pueden alargar un poco la duración de la campaña. Se echa en falta algún modo adicional para un jugador o quizás un modo cooperativo.
ANÁLISIS DE BATTLEFIELD BAD COMPANY 2 - ÍNDICE
PÁGINA 1 - Introducción y jugabilidad.