Análisis de Battleborn - PC, PS4, One

Gearbox Software se aleja de sus anteriores entregas sandbox FPS para meter cabeza en el mundo de los exitosos MOBA, pero lo hace con un planteamiento en primera persona, colorido, explosivo y con una variedad de personajes y técnicas que permiten a todos los jugadores encontrar el personaje perfecto. Y divisar claramente el estilo del estudio. Estamos ante un juego híbrido en el que se moverán sin problemas los amantes a los FPS y los que disfrutan con los MOBA.
Un mal acecha la última estrella del universo, así personajes de lo más diverso unirán fuerzas para defenderla. Con este planteamiento debemos elegir a nuestro héroe y lanzarnos al modo campaña para una experiencia narrativa de unas pocas horas en capítulos de algo más de 30 minutos. Battleborn se presenta como un título para ser jugado online, sin embargo, el modo historia puede librarse en solitario. Algo poco recomendable; se nota que no está pensado para ello y las hordas enemigas resultan muy difíciles de aplacar con tan poca oposición. También puede jugarse en multijugador local, a pantalla partida. Buscar y conectarse a una partida, sin embargo, hará que la experiencia sea más satisfactoria.
Un problema que presenta el juego en este aspecto es que necesita estar constantemente conectado, y eso crea esperas innecesarias para volver al menú de título o pasar de él, no solo al buscar servidores para conectarnos a una partida. Por suerte nada que necesite un toque de atención.
Disfruta del caos a todo color
La historia se completa con un modo multijugador online. Las salas aceptan partidas de hasta diez jugadores, cinco por equipo, que deben enfrentarse a alguno de los tres modos que se incluyen. Estos son Incursión: equipo vs equipo con el objetivo de defender su base y destruir la del enemigo, protegidas por esbirros bots; Captura: equipo vs equipo con objetivos capturar-mantener; y Fusión: cada equipo debe conseguir el máximo número de inmolaciones de esbirros. Si en la campaña hablábamos de un puñado de horas (6-7), este tiempo se ve multiplicado con estos modos, más entretenidos y competitivos.
Las batallas son rápidas y la dificultad exigente, eso puede llevarnos a no ver el objetivo: hace falta un poco de estrategia, saber compensar los grupos: ayudarse los unos a los otros. Para ello, las habilidades especiales serán la clave: les diferencian y a la vez les complementan. El colorido escenario, la espectacularidad del combate y el caos en el que se convierte cada batalla es de lo más entretenido.
25 personajes: acción para todos los gustos
Battleborn ofrece hasta 25 personajes diferentes entre los que elegir para nuestras incursiones en campaña o en el multijugador. Cada personaje cuenta con su propia personalidad, con dos armas, dos habilidades principales y una habilidad final. A lo largo del juego, conforme acumulemos experiencia, sus características además podrán aumentar. Lo conseguiremos a través del sistema de mejoras Hélix: cada vez que aumentemos un rango podremos elegir entre dos posibilidades de mejora. Estas afectarán a los atributos (escudo, vida, daño, etc.) y también a las habilidades principales y la final.
En el rango de diferencias entre campeones, las de siempre, pero no por ello menos variadas. Encontramos personajes buenos para el combate a distancia, otros para el cuerpo a cuerpo, otros con habilidades curativas... Esto vendrá determinado por sus tipos de armas (de corto o largo alcance) y cómo las complementan con sus habilidades. Por ejemplo, podemos elegir rocas como Mike, fáciles de manejar, con un fusil de asalto como arma principal y un traje blindado que le da bastante vida. Como habilidades cuenta con granadas de fragmentación y el poder del sigilo. Siguiendo con este ejemplo, en el sistema de hélice tendremos que elegir en el primer nivel entre hacer que las granadas detonen al impactar o que al desactivar el sigilo se obtenga un potenciador de daño. Así hasta diez decisiones diferentes harán que el mismo personaje en las manos de diferentes jugadores tenga un estilo jugable completamente opuesto.
Dentro de los fáciles de manejar también está Mellka, con la que empezamos el tutorial-prólogo, y que lleva una ametralladora en una mano e invoca un garra para embestir al enemigo, en la otra. Encontraremos katanas, arcos, kunais, floretes e incluso poderes mágicos... una muestra muy alta.
Por supuesto, no todos están disponibles al inicio del juego. Gracias a esto, el título gana en rejugabilidad, al motivar a los jugadores para que jueguen y jueguen con el objetivo de hacerse con todos los héroes. Además, hay otro más, en las partidas no pueden repetirse personajes, por lo que si no manejamos a varios, podríamos vernos muy afectados si alguien elige nuestro héroe favorito antes que nosotros.
En paralelo, sin importar qué héroe usemos, nuestro rango de jugador irá subiendo, lo que nos permitirá hacernos con insignias y botines.
El apartado gráfico es lo que más peros puede presentar. Los 30 fps de las versiones de consola, aunque bastante estables, pueden quedarse cortos para la altura de generación en la que estamos. Además los escenarios no son muy grandes y son de camino único, eso sí son muy vistosos y coloridos, como los propios personajes, donde han demostrado un gran nivel artístico en su diseño. No era de esperar menos de los creadores de Borderlands, una saga que en diseños y carisma tiene poco que envidiar al resto. Lástima que el motor no haya dado para un punto mayor de calidad, aunque eso les da una una gran soltura para el online, hemos visto otros con más exigencia en este apartado apañárselas muy bien.
Lo mejor
- La cantidad de personajes y sus diferencias
- La experiencia jugable: rápida, caótica... apunta maneras para la competición
- La introducción de animación
Lo peor
- La dependencia de compañeros para la historia (Si vas de forever alone no llegarás muy lejos)