Análisis BioShock: The Collection - PS4, PC, One

Análisis BioShock: The Collection - PS4, PC, One

Analizar remasters y actualizaciones gráficas de videojuegos no es, por norma general, plato de buen gusto. Estamos hartos de excusas con las que cobrar precios abusivos, de desarrollos a bajo coste, encomendados a terceras compañías. No resumiremos aquí una extensa lista de penalidades de la que muchos ya sabéis sus participantes. Eso sí, hay veces que dichas puestas al día son necesarias y ofrecen valor añadido palpable. El más obvio en Bioshock es poder tener los tres videojuegos (3) en un mismo pack con todos los extras y contenido descargable (con la única ausencia del multijugador de Bioshock 2, una pena o las microtransacciones, nada grave). Si a eso añadimos un precio más que competitivo por todo el contenido ofrecido y un mimo excelso en el trato de la primera entrega, nada menos que de 2007, tenemos ante nosotros el golpe en la mesa que esperábamos para que otras compañías que cobran a precio de oro meras actualizaciones de juegos añejos tomen nota.

Uno de los escenarios de Bioshock

Pero estos datos son únicamente referencias para que veáis que 2K no os está timando. No es un pack innecesario, es una puesta al día obligatoria para que jugadores de nuevo cuño puedan sentir lo mismo que otros que los disfrutaron en su día. ¿Qué es? Pues jugar a uno de los mejores videojuegos del Siglo XXI, una de las sagas con más nivel de la generación pasada y, qué demonios, la narrativa más absorbente que recordamos y que tiene un desarrollo basado en la exploración, (de la que beben multitud de juegos actuales, como los de la saga Souls).

A recoger plásmidos: El eterno Bioshock

Bioshock es un juego único que va a ser recordado en veinte años como la muestra más perfecta de narrativa basada en el mundo que se habita, en sus calles, habitaciones y escenarios. Esa Rapture es el personaje más importante de Bioshock y nosotros no somos más que meros peones que intentan conocer sus porqués, sus filosofías, sus pensamientos. Gracias al trabajo de Blind Squirrel (el equipo de programación especializado en ports que más ha utilizado 2K Games), el primer Bioshock mejora notablemente su aspecto gráfico. Pese a que parte de su estructura denota el paso de los años, con una puesta al día en efectos gráficos (1080 y 60 imágenes por segundo) y una mejoría en sombras, luces o estabilización, este Bioshock parece otro. Es curioso ver como en máquinas actuales jugar al juego de Ken Levine sea tan gratificante, quizás no en algunas de sus mecánicas, pero la experiencia de juego es mucho más satisfactoria que la mayoría de títulos que intentan emular su narrativa en la actualidad, algo que habla muy bien de esta obra maestra imperecedera.

La trilogía de Bioshock es compra obligada

Sobre sus inspiraciones, clichés y distopías se han escrito decenas de ensayos, al igual que sobre sus significancias y tótems de pensamiento. Las obras liberales del Siglo XX son su inspiración y temas como la humanidad, el ateísmo, el cultismo, la relación del estado con el individuo y el cometido de éste dan forma a un imaginario colectivo que se representa en Rapture, base sobre la que nosotros pegaremos tiros, utilizaremos poderes y resolveremos el porqué de la situación de esa ciudad sumergida. Quien no haya jugado ya tiene una obligación más en su vida. Quien lo disfrutara en su día, pues una excusa perfecta para recordarlo y leer entre líneas elementos que pasó por alto.

Bioshock 2: Excelente secuela sin recompensa

Bioshock 2, considerado como el más terrenal de los tres es. No obstante, es una secuela directa, satisfactoria y llena de novedades nacidas de la obligatoriedad de jugar como el primer Big Daddy. La inclusión de un némesis a la altura, Little Sister, ofrece momentos de tensión más agudos que el primer juego, perdiendo gradualmente, eso sí, parte importante del componente de exploración que redefinió el juego de 2007. En esta ocasión The Collection ha desechado el apartado multijugador pero sí se ha incluido La Guarida de Minerva, un DLC de historia importante en el engranaje argumental del videojuego. Tener como referente al primer Bioshock es una losa que ha pesado en las masas. Por otra parte, esta segunda parte mejora varios elementos descompensados de la anterior, como la mecánica de disparo y ciertamente es más aterrador pues aprovecha varios escenarios ya visitados con anterioridad pero con una degradación y decadencia superior, lo cual es mucho decir. Las mejoras gráficas en Bioshock 2 son similares al anterior, pese a que los dos años de diferencia entre ambos se nota en pequeños detalles, ya mejorados de por sí en 2009. Sin duda un juego a reivindicar.

Los gráficos de Bioshock The Collection han sido mejorados

Bioshock: Infinite, el canto de cisne de la franquicia

Más actual, y también el que menos atención ha acaparado en las remasterizaciones. Infinite cambiaba de escenario, ofreciendo una experiencia completamente diferente en lo jugable pero que compartía elementos narrativos y filosóficos. En 2013 pasamos de la ciudad sumergida de Rapture por la ciudad volante de Columbia. Las mecánicas basan su jugabilidad en la verticalidad de los escenarios, en la fogosidad de los enemigos y en la aceleración del sistema de combate. Más shooter, sí, pero manteniendo componentes ya asentados en la saga, como la investigación y la narrativa de escenarios. Pese a que se presenta como un cambio radical en la saga, el final del videojuego (una precuela ambientada unos cincuenta años antes que Bioshock) enlaza con el inicio de todo y lo que creemos que apenas son similitudes curiosas, se convierten en piezas importantes del engranaje de la serie. Es por ello que Bioshock e Infinite son dos caras de la misma moneda, elementos que se unen y se diferencian. La inclusión de los contenidos descargables del videojuego se antojan imprescindibles y necesarios, un gran acierto por parte de 2K, pues nos permiten completar la experiencia Bioshock a los que en su día acabaron el videojuego protagonizado por Booker DeWitt y Elizabeth pero no pudieron jugar a sus dos excelentes historias complementarias: Panteón Marino 1 y 2, sin duda dos elementos imprescindibles para entender en toda su magnitud las sinergias entre entregas. Se cierra el círculo.

Conclusiones

Bioshock, un shooter lleno de acción

Dos videojuegos de gran nivel, una obra maestra del medio, contenidos descargables imprescindibles, mejoras visuales notables y vídeos del estilo ‘cómo se hizo’ repartidos por sus escenarios. ¿Qué más queremos? Se me antoja difícil decir algo negativo de esta colección, si acaso que en ocasiones sigue teniendo ralentizaciones, como los originales, algo que no ha acabado por arreglarse. Pero apenas ocurre en ocasiones. ¿Otra cosa? Pues que Infinite mejora lo justo a nivel gráfico, pero también es un videojuego de hace apenas tres años. ¿El resto? Perfecto.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!