Análisis Berserk and the Band of the Hawk - PS4

Hace apenas unas semanas, os relatamos algunas de nuestras primeras impresiones de Berserk and the Band of the Hawk. El nuevo juego de Tecmo Koei inspirado en la obra de Kentaro Miura, que consiguió llamar nuestra atención al representar el salvajismo y crudeza de la obra, en un imparable juego musou.
Y es que a diferencia de anteriores sagas Warriors de Omega Force, en esta ocasión nos alejamos de la visión romántica de las grandes guerras feudales del lejano oriente, para enfocarnos en la furia y la rabia que siempre acompaña al legendario guerrero Guts, mientras destroza a su paso incontables hordas de enemigos, dejando un largo sendero de sangre y vísceras.
¿Conseguirá la fuerza de Berserk romper la barrera cultural que siempre ha alejado el género musou en occidente? Para responder a esa pregunta, tendremos que afilar bien nuestra espada.
Un comienzo de un gran relato inacabado
Para todos los seguidores del manga de Berserk, sabrán que el mundo del Guerrero Oscuro no siempre fue un decrépito escenario lleno de malvados seres y criaturas fantásticas. Antes de que el mal se apoderara de todo, la tierra era un lugar "seguro", donde el ser humano era el único portavoz de la destrucción a través de constantes batallas entre diversas casas feudales.
En esa época de guerra y el dominio del más fuerte, comenzaremos la aventura de Guts, un imparable mercenario con experiencia en todo tipo de batallas, cuya única motivación será la de encontrar a un enemigo capaz de igualar sus habilidades de combate. El destino cumplirá su deseo con la aparición de Griffith, el líder de la formidable Banda del Halcón, que con una destreza inusitada, conseguirá someter a nuestro héroe para acabar formando parte de su equipo de mercenarios. Desde entonces, Griffith y su gran banda de mercenarios superará todo tipo de batallas y combates, acercándose cada vez más al lejano sueño de dominar su propio reinado.
Sin embargo, los grandes sueños de realeza se desvanecerán pronto en el vacío, sumidos por la desolación en torno a la maldición del Behelit Rojo. Un misterioso objeto en manos de Griffith, capaz de atraer los peores deseos de su portavoz y conducirlo hacia la locura. Un desastre anunciado, que comenzará con la partida de Guts de la banda.
Esta dramática ruptura cambiará el destino de Griffith, dejándose llevar por una espiral de odio y destrucción que acabará por terminar con todo lo conseguido y despertando los oscuros poderes del Eclipse. Una poderosa invocación capaz de otorgar tus mayores deseos, a cambio de liberar la total destrucción.
En un mundo destrozado por la traición de su antiguo amigo, Guts tendrá que alimentarse a base de odio y rencor para sobrevivir al constante peligro y persecución en el que se ha convertido su vida. ¿Conseguirá Guts superar la maldición y vengar la traición? Esperemos que no estéis muy interesados en descubrir el desenlace, pues al igual que el manga, el título no alcanza el desarrollo final de la trama, sino que se interrumpe abruptamente justo antes de la saga de Fantasía. Un parón súbito que nos deja con la miel en los labios.
Cuadrado, Cuadrado, Cuadrado, ¡Círculo!
No hay nada más simple que la jugabilidad de un musou. De un género con unas bases similares al hack n’ slash, un aficionado espera algo de complejidad y variación a lo largo del título, sin embargo, la profundidad que nos presenta el juego se basa en la repetición de un mismo tipo de combo: acumular ira machacando el cuadrado, hasta que podamos pulsar el círculo.
No hay presente táctica ni organización de los héroes en cada partida. Cada batalla se resumirá en la capacidad de resistir perennes pulsaciones, mientras movemos a nuestro personaje por la pantalla. Existen también otros elementos como las armas secundarias y algunos objetos de apoyo, sin embargo, a las horas de juego descubrirás que no hay otra cosa más efectiva en nuestra partida que la de machacar el dichoso botoncito mientras llenamos la barra de ira y finalmente soltar un tremendo golpe devastador.
Es cierto que con la variedad de los personajes, podremos desarrollar algunas pequeñas variaciones en su manejo. Pero lamentablemente, la tónica general no se aleja de lo vivido en antiguos Warriors, presentándonos enormes mapeados de batalla totalmente simples y repetitivos, en el que tendremos que tomar bases, derrotar generales y cuidar de no abandonar nuestra propia base.
Los únicos pequeños momentos de cambio, los encontramos en las batallas contra los Apóstoles: grandes criaturas malignas que se enfrentaran a nosotros en contadas ocasiones, demostrando que el manejo como la cámara del juego no están destinados para el uno contra uno, molestando en cambios y bloqueos de cámara en todo momento.
Para rematar este simplista estilo de lucha, también podremos desarrollar ligeramente las estadísticas de nuestros personajes, gracias a un sistema de creación, mejora y unión de anillos. Un pequeño detalle de variedad, que termina desgastándose en la acumulación de todo tipo de gemas en los tres anillos de siempre.
Si buscas algo de desafío y variedad en el desarrollo de la trama, el juego te da la posibilidad de asomarte a las profundidades del Eclipse Infinito. Un modo secundario de juego más cercano al survival, en el que escogeremos una línea de desesperación de algunos de los personajes, para dejarnos llevar en las incontables mazmorras que representan sus temores más profundos. Aquellos que consigan salir invictos de una larga cadena de horror y lucha, tendrán la oportunidad de recoger alguno de los elementos descubiertos para la historia principal, o seguir dejándose caer hasta un desafío oscuro sin final.
Un anime de mitad de temporada
Uno de los aspectos más llamativos del juego para los aficionados de la historia, se encuentra en su gran recreación de los grandes momentos de la Edad Dorada de la historia. Por medio de numerosas secuencias en cell-shading, así como la presentación de numerosos momentos de animación, el jugador tiene la sensación de disfrutar de una larga serie de animación interactiva, aunque sólo se dispongan de las voces en japonés y textos en inglés.
Para nuestro asombro, este gran impulso de la presencia de la animación en la historia se interrumpe a mitad de nuestra partida, dejándonos perplejos al descubrir que en el cénit de la historia, se terminan todas las animaciones para dejar paso a escasas y repetitivas secuencias en cell-shading, cada una de ellas presentada por una agotadora pantalla de carga.
Es una verdadera lástima presenciar como un gran potencial comienza de una manera más que prometedora, para acabar diluyendo poco a poco sus contenidos, justo cuando comienzan los aspectos más interesantes de la historia.
La batalla monótona
Por muchas esperanzas que tuviéramos en que el juego remodelara las bases del musou, al final nos encontramos ante un juego más de Omega Force, desarrollado de una manera procedimental, que añade el modelado de los personajes, así como alguna secuencia interesante de la primera parte de la trama.
Puede que muchos de los aficionados al género y seguidores de la obra, descubran todos los elementos necesarios para dar rienda suelta a sus ansias de hype en torno al juego. No obstante, es inevitable ver como el público final quedará desencantado con una obra que se va desinflando a mitad de camino.
Esperemos que Omega Force tome notas de algunos de los apartados escasos de estos juegos, y haga las modificaciones necesarias para terminar por derrumbar esa gran muralla que separa los mercados del género musou.
Lo mejor:
- Descubrir el salvajismo de la historia de Berserk y la depravación que despertó el Eclipse
- Multitud de niveles dentro de la historia y un modo survival ilimitado
- Desbloquear la armadura berserker para liberar toda tu furia en un frenesí de sangre
Lo peor:
- La historia se interrumpe sin desarrollar un final
- La repetitividad de los escenarios y la simpleza del sistema de batallas
- Casca después del Eclipse. Llega a ser más odiable que las constantes pantallas de carga