Análisis Aragami - PC, PS4

Durante los últimos meses del año, el sector del videojuego alcanza sus mayores resultados gracias a la aglomeración de grandes lanzamientos, dispuestos a competir por colapsar el mayor espacio posible dentro de nuestro catálogo de juegos.
Sin embargo, dentro de este maremoto provocado por los grandes títulos y secuelas más esperadas del año, muchas veces pasan desapercibidas pequeñas obras, que, con un inmenso esfuerzo personal, son capaces de ofrecer un meritorio entretenimiento y diversión, alejado de las ambiciones de las compañías más grandes.
Éste es sin duda el caso de Aragami. La primera obra del estudio independiente español Lince Works, nos descubre una adictiva aventura de sigilo y venganza en tercera persona, inspirada en la jugabilidad de los grandes títulos precursores del género de sigilo.
Un gran conjunto de elementos, que junto a su lograda ambientación en el misticismo y las tradiciones del lejano oriente, consiguen llamar toda nuestra atención.
La larga sombra de la venganza
Tras caer en el desesperante vacío de la muerte, el espíritu de Aragami vuelve al mundo de los mortales, convertido en un poderoso e imparable espíritu de venganza, invocado por Yamiko, una hechicera cautiva del control total de los ejércitos de Kaiho y sus guerreros de la luz.
Desubicado por la situación y ante una falta total de memoria sobre su pasado, nuestro protagonista se pondrá a disposición de la voluntad de Yamiko, y convertirse en la pieza central de un intrincado plan de venganza, cuyo final sea la muerte de sus captores y posterior liberación. No obstante, frente a nuestro objetivo se encuentra la fuerza de los combatientes de Kaiho: guerreros de la luz, capaces de manipularla a su antojo para descuartizar todas las sombras en un único movimiento ofensivo.
Para hacer frente a las grandes dificultades que se nos avecinan, nuestro héroe contará con las habilidades y movimientos de un espíritu de la oscuridad, capaz desaparecer y desplazarse entre las sombras del escenario y hacer frente a sus enemigos con la letalidad y el sigilo de un auténtico fantasma.
Las dos caras de una misma moneda
Puede que uno de los aspectos más destacados de Aragami se encuentre en la libertad en el desarrollo del sigilo, a partir de los diferentes niveles que abarcan sus 8 horas de duración. En cualquier nivel de la historia, nuestro protagonista podrá cumplir sus objetivos con la ayuda de dos estilos de juego totalmente diferentes, según vayamos desbloqueando diferentes poderes especiales basados en el sigilo o el ataque.
De esta manera, Aragami podrá disponer de un repertorio de armas letales para acabar con todos sus enemigos, como kunais para derribarlos a distancia, bombas para derribar a las patrullas indefensas o una niebla cegadora que incapacite a nuestros enemigos. Sin embargo, para aquellos que deseen saborear el desafío del auténtico sigilo, podrán desarrollar habilidades de defensa, que permiten localizar a nuestros enemigos, volvernos invisibles unos instantes, o ser capaces de crear clones de sombra, para distraer a las patrullas de nuestro avance.
Con este repertorio de habilidades, cada jugador podrá disfrutar de su auténtico estilo de juego, dejándose llevar por el demonio que lleva dentro y no dejar a nadie tras su paso, volverse un auténtico espíritu sombrío y pasar totalmente inadvertido, o decantarnos por una mezcla efectiva de ataque y defensa, capaz de superar todas las situaciones.
Para recompensar a todos los jugadores, cada nivel superado obtendrá una puntuación de juego, galardonando a aquellos que consigan pasar sin ser detectados, a los que acaban con todos los guardias, o a los inquietos que descubran todos los coleccionables ocultos durante el juego. Un desafío constante que llama a repetir cada uno de los niveles para ganar la máxima puntuación.
Para culminar nuestras partidas, Aragami contiene un modo cooperativo online en sus niveles, en el que podremos desplegar todas nuestras habilidades por el escenario, con la ayuda de un compañero de sombras.
Una aventura marcada por leyendas
Aragami consigue de una manera simple y efectiva, ofrecer una jugabilidad y entretenimiento adictiva y desafiante. Y es que muchos de los veteranos en el género del sigilo, reconocerán en su jugabilidad, momentos inspirados en los grandes referentes del sector como Tenchu, Mark of the Ninja, o el mismo Metal Gear.
Con grandes bases en su desarrollo, una duración y rejugabilidad más que aceptables y una gran ambientación gracias a su banda sonora y un digno uso del cel-shading, Aragami tiene todos los elementos para convertirse en uno de los grandes descubrimientos indie de este año.
Es cierto que la perfección aún está lejos de encontrarse y el juego muestra algunas de sus taras en determinadas carencias de la IA enemiga (capaz de quedarse atrapada en pequeños obstáculos, o la facilidad de acabar con todos tras una simple esquina), o lo predeciblemente simple que es su argumento. No obstante, consigue un acabado final más que respetable, teniendo en cuenta la humildad de un equipo de desarrollo novel formado por sólo 10 personas.
Aragami desplegará sus sombras en PC y PS4 a partir del 4 de octubre, a un precio de 14,99€. Un valor irresistible para todos los que buscan una gran aventura de sigilo, marcada con una jugabilidad cercana a la simplicidad y diversión del arcade.